Otra vez, como ya sucedió en San Mamés, un arrebato mágico de Memphis Depay salvó al Barcelona, que venció por 2-1 al Getafe en el Camp Nou a pesar de mostrar inseguridad y de no lograr tener el partido bajo control prácticamente en ningún momento.

El neerlandés sentenció los tres puntos con una jugada asombrosa, pero antes Sergi Roberto había puesto por delante al Barça por primera vez nada más iniciarse el encuentro. Entre los dos goles locales, el exazulgrana Sandro Ramírez igualó el marcador.

La puesta en escena inicial del Barça fue demoledora. Aún no se habían disputado dos minutos de partido cuando una estética y efectiva jugada de combinación finalizó con un remate en carrera de Sergi Roberto desde el interior del área ante el que nada pudo hacer David Soria.

Antes de que la pelota llegara franca para el centrocampista de Reus, Ronald Araujo había iniciado la jugada buscando entre líneas a Memphis, que cedió el balón a Jordi Alba en la banda izquierda para que a falta de que apareciera Leo Messi en el borde del área, lo hiciera alguien en el interior. Martin Braithwaite hizo un intento de rematar de tacón, pero la gloria se la llevó el centrocampista.

La afición azulgrana, llena de adrenalina en el segundo partido con público en el Camp Nou desde el inicio de la pandemia del coronavirus, se mimetizó con el arranque de su equipo y, a pesar de que el aforo permitido fue del 30%, durante algunos instantes del primer tiempo pareció el de un estadio lleno.

Al Barça le habían sentado bien los cinco cambios en el once inicial respecto al presentado en San Mamés a causa de las bajas en la posición de central (Lenglet y Araujo sustituyeron a Piqué y Eric Garcia), de la rotación en el lateral derecho (Emerson Royal por Sergiño Dest), de las merecidas vacaciones de Pedri (ocupó su posición Sergi Roberto) y del regreso de Ter Stegen a la portería tras recuperarse de su lesión.

Pero en el minuto 19 el Barça regresó a la realidad mediante un gol de los visitantes que, para más inri, construyeron dos exazulgranas. Sandro Ramírez y Carles Aleñà combinaron en la frontal del área y el delantero canario definió por raso ante Ter Stegen, logrando el primer gol en Liga del Getafe este curso.

Sandro no tuvo ningún reparo en celebrar el tanto y el público del Camp Nou se lo reprochó con abucheos.

A partir de entonces el partido entró en una espiral de acciones conflictivas que trabaron el ritmo del juego y el conjunto de Ronald Koeman no encontró otra vez la luz hasta que en el minuto 30 Memphis, que ya se ha metido en el bolsillo a la afición azulgrana, encaró el área ante Djené e Iglesias, hizo una bicicleta y después de amagar dos veces disparó entre los dos defensas para hacer el 2-1.

Tras el gol las ideas azulgranas volvieron a languidecer y, pese al resultado, el Barça no se fue contento con su rendimiento en el primer tiempo, que fue de más o menos. Al contrario que el Getafe, cómodo en los escenarios que no fluyen. Como si siguiera el pensamiento del arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright, el conjunto madrileño encuentra el orden a partir del caos.

Por su parte, Koeman siguió sin demostrar que conoce las teclas para conseguir que este Barça pos-Messi sin posibilidad de hacer los fichajes que serían necesarios pueda ser fiable de forma regular. Tiene estallidos de gloria, momentos convincentes, un seguro de vida que responde al nombre de Marc-André y un mago llamado Memphis, pero en cualquier instante puede volverse frágil y poner en peligro el resultado.

Quizá una manera de hallar la seguridad sea mediante las posesiones de balón largas, un recurso que probó el Barça en el inicio del segundo tiempo, pero el Getafe logró cortocircuitar las intenciones del conjunto local y devolvió el partido al caos y a las inmediaciones de Ter Stegen, aunque sin grandes acciones de peligro.

La historia avanzó de la mano de la incertidumbre, avivada por la pérdida de balones constante en la creación del juego azulgrana, y el único cambio que hizo Koeman en el ecuador del segundo tiempo fue el de Sergiño Dest por Emerson Royal. Hombre por hombre. Pero poco después las lesiones prácticamente simultáneas de Sergi Roberto y Martin Braithwaite le obligaron a ser más atrevido.

Quienes entraron para resguardar los tres puntos a falta de 15 minutos para el final fueron los jovencísimos Nico González (19 años) y Gavi (17), que debutó en partido oficial con el primer equipo. Mientras tanto, Riqui Puig ni calentó en la banda.

El último cambio fue un regreso al conservadurismo. Koeman quitó a un delantero, un intrascendente Antoine Griezmann, para poner un tercer central, Óscar Mingueza. Acto seguido, en el minuto 84, Memphis pudo sentenciar el encuentro antes de hora con otro gran gol si su volea a pase de Dest hubiese encontrado portería. De todas formas, después ya no ocurrió nada más.

Con esta derrota, el Getafe sigue sin vencer en el Camp Nou en las 19 ocasiones que lo ha visitado entre Liga y Copa del Rey. Y con su triunfo, el Barça evita que las dudas se desborden en el entorno antes del parón de selecciones. Seguramente el próximo partido para los azulgranas será ante el Bayern Múnich (si se confirma el aplazamiento del encuentro ante el Sevilla) en el Camp Nou. Palabras mayores.