Rodrigo Fernández de Barrena, que cogió en junio las riendas del Izarra después de ocho exitosos años dirigiendo en Lekunberri al Beti Kozkor, se ha visto obligado a dejar al equipo por motivos personales ajenos a cualquier tema deportivo en una campaña en la que el conjunto albiazul marcha en décima posición del grupo II de Segunda RFEF con 13 puntos disputados en 9 jornadas, además de haber realizado un gran papel en la Copa RFEF, no sólo a nivel regional, sino también a nivel nacional, donde llegó a octavos de final.

El entrenador, que reconoce no poder "estar al 100% como lo merece el Izarra, y siempre he pensado en lo mejor para el equipo en los sitios en los que he estado, creo que lo mejor es que me eche a un lado y que venga alguien que sí que tenga esa energía y compromiso para poder manejar al equipo como se merece y poner toda la intensidad y los cinco sentidos en ello". Junto a él, también abandonan la disciplina del Izarra su cuerpo técnico, a excepción del preparador físico, Jon Ander Unanua, que se hará cargo del equipo hasta que el club encuentre un sustituto.