Hermanos, deportistas y, en ocasiones, rivales. Innumerables ejemplos de duelos familiares que se producen durante cada temporada en todas las categorías del deporte navarro. Entre ellos también tienen cabida los enfrentamientos entre padres e hijos; primos... Al final, todo queda en familia.

En baloncesto, en menos de un mes se enfrentarán Nico Úriz (Valle de Egüés) y Ricardo, su hermano, entrenador del filial del Baskonia. En balonmano, Ricardo y Aitor Albizu, y Adrián y Alejandro Ortiz comparten vestuario en el Anaitasuna de Primera Nacional. En el fútbol sala, hasta la temporada pasada los Carlosena se enfrentaban entre ellos, uno en San Juan y otro en el Tafatrans. Ahora, todos defienden la camiseta del equipo de Tafalla. En el fútbol destacan los Yoldi, Mikel (Izarra) y Ander (Osasuna Promesas); o los Dufur, Ander (San Juan) y Unai (Osasuna Promesas) en Segunda RFEF; o los Mahugo, Mikel (Burladés) y Julen (Beti Kozkor), en Tercera RFEF son varios ejemplos. También hay casos, como en los Jiménez, Gorka (Peña Sport) y Javi (Itaroa Huarte); o los Benito, Asier (Pamplona) e Iker (Osasuna Promesas), que juegan en categorías diferentes.

Igeldea acogió este fin de semana el partido entre los Agramonte. Marcos (Avance) le ganó la partida a Íñigo (Itaroa Huarte). El jugador del cuadro de Arre no jugó, pero vivió desde el banquillo el duelo. Por un lado, con las ganas de conseguir tres puntos. Por otro, con la empatía de que su hermano realizara un buen partido. Pero como reza el refrán, todo no se puede tener en esta vida y en el fútbol los amigos se quedan fuera del campo.

Agramonte: un apellido lleno de fútbol

El apellido Agramonte es, tanto en Huarte como en Arre, uno vinculado con el fútbol. Txomin, el padre de Marcos e Íñigo, fue presidente durante muchos años del club de Arre, del que ahora es Marcos quien defiende sus colores. Pero antes de enfrentarse cara a cara, llegaron a compartir el mismo vestuario. Ventajas de ser gemelos.

Criados en el Itaroa Huarte, sus caminos se separaron a los 20 años, cuando Marcos optó por cambiar de aires e irse al Avance, el equipo de su pueblo. “Hemos jugado muchos años juntos. Desde categorías inferiores. Hemos tenido pocas ocasiones de enfrentarnos el uno al otro, porque él estaba en Tercera y yo entre Autonómica y Preferente. Pero las que coincidimos, las aprovechamos, y han sido partidos bonitos. Esperemos que no sean las últimas veces. Una más tenemos asegurada”, afirma el atacante.

En casa de los Agramonte la semana pasada fue especial. Todos son futboleros y está a la orden del día. “Mi padre estuvo muchos años de presidente en el Avance y mi madre también es futbolera, por lo que se coge el partido con ganas porque ven a los dos en el mismo día. Normalmente suelen ir a ver al Avance, pero también se turnan. Tiran para el Avance, que es normal, por el equipo del pueblo”, desvela Íñigo.

Los protagonistas, por su parte, también afrontaron una semana especial. Por un lado, la portería del Huarte es una lotería. No existe la condición de titular ni de suplente, y tanto Mikel Satrústegui, como Íñigo Agramonte, alternan partidos. “Pep sabe que juego contra el hermano y me imagino que ajustaría el calendario. Solemos rotar los dos, solemos jugar lo mismo, suele estirar las rachas de uno u otro pero yo en mis adentros me esperaba jugar este partido contra el Avance, que es del pueblo donde vivo y me hacía mucha ilusión. Hay varios conocidos. Es un partido amigable, que digo yo”, intuye Íñigo, que admite encontrarse “nervioso, porque tampoco sabes si vas a jugar hasta la hora de antes. Estaba nervioso por si por lo que fuera no podía jugar, pero estaba con ganas, porque soy optimista”.

Marcos, por su parte, apunta que “en el campo no tenemos amigos, como quien dice, pero sí es especial. Llevas todo el año esperando este partido y es especial cuando juegas contra tu hermano y contra amigos que teníamos entre los dos equipos. Los dos queremos lo mejor para nuestros equipos. A partir de este partido le deseo lo mejor, hasta el partido de vuelta, y él me imagino que también”.

A pesar de que su equipo ganó el encuentro, la parte negativa se la llevó Marcos. El jugador del Avance se lesionó el jueves y, aunque esperó al calentamiento, tomó la decisión de echarse a un lado. “Iba ya con la idea de que no iba a jugar porque no me encontraba bien, pero tenía la esperanza de poder calentar antes para ver si no notaba molestias. Cuando decidí no jugar me entró un poco de tristeza, pero poco tardé en cambiar de chip. Estaba muy motivado por recibir al Huarte, por mi hermano y por mis amigos, pero el jueves me llevé un poco de chasco”, asegura.

Sobre la temporada que están realizando, Íñigo señala que “lo de marcarme el play off… nosotros tenemos equipo bueno, pero si estamos bien seguro que acabaremos por ahí arriba en esta temporada en la que no están los equipos punteros pero están los que vienen de abajo y compiten muy bien. Todos los equipos, quitando el Cirbonero o Subiza, somos parejos y nos llevamos el canto de un duro. Y el que mejor esté será el que se lleve el gato al agua”, mientras que Marcos, que reconoce que no se esperaban estar en puestos de promoción, admite que no son candidatos ahora a nada, y que lo que deben hacer es “competir todos los partidos, y todo lo que venga después del objetivo, bienvenido será. Sabemos que es un año muy largo, en una categoría difícil y contra equipos muy buenos”.