El estatus superior, el pleno de triunfos, el estilo retocado y el buen juego de España –invicta e imbatida– le ponen este domingo (21.00 horas, La 1) toda la condición de favorita ante Georgia, la Cenicienta del torneo, que jugará sin presión, al no tener nada que perder, y que intentará plantar cara.
España le endosó diez goles en dos partidos a Georgia en la fase de clasificación (1-7 y 3-1), por lo que en teoría es un duelo desigual. En teoría.
Porque la Eurocopa se adentra en el momento en el que aparecen las grandes selecciones, los grupos de futbolistas que saben competir, las estrellas que deciden duelos de importancia. Y ese terreno es nuevo para el grupo que dirige Luis de la Fuente en su primer gran torneo, al margen de una Liga de Naciones que puede servir de referencia pero que no tiene para las selecciones la misma importancia.
Nacho está ya recuperado para volver, tras perderse por un problema muscular los duelos ante Italia y Albania. Como también está Grimaldo con mayor esperanza de tener protagonismo. O Dani Olmo. Pero todo apunta a que ninguno entrará de inicio.
España llega descansada, con dos días más de reposo que su rival y aún más en los que serán titulares que pudieron descansar ante Albania, tras vencer con autoridad a Croacia y desatar ante Italia el mejor fútbol que se le recordaba a la selección desde 2012 en un gran torneo. Pilas recargadas, piernas frescas y mentalidad ganadora para superar el primer obstáculo de un tortuoso camino hasta la final de Berlín.
Tras Georgia, rival que impulsó a De la Fuente tras el descalabro de Glasgow y frente al que hizo historia Lamine Yamal, aparecen en el camino selecciones como Alemania, en su casa, Francia o Portugal.
Pero nadie dice una palabra más allá del partido de hoy, porque sabe que Georgia no saldrá al campo a pasearse. No tiene nada que perder, y “eso es algo bueno”, como ya dijo Willy Sagnol, arquitecto de este proyecto que tiene en Giorgi Mamardashvili, portero del Valencia, y Kvicha Kvaratskhelia, delantero del Nápoles, sus mejores bazas; sin olvidarse, claro, de la sensación Georges Mikautadze, delantero del Metz, pichichi con 3 goles y 1 asistencia.
Con un bloque bajo, formado por una zaga de 5 defensas bien pegada a los centrocampistas que complica la circulación entre líneas, y con Mamardashvili bajo palos, el mejor meta en lo que va de competición, el portero que más paradas ha hecho, 20 en total, Georgia intentará resguardarse del torrente ofensivo que preparará el combinado de De la Fuente, que llevará la batuta.
Y como hizo ante Portugal, Georgia estará lista para salir a la contra. Con la calidad y temple de Kochorashvili en el centro del campo, encargado de marcar el tempo, Kvaratskhelia y Mikautadze tendrán que volver a librar la batalla por su cuenta, prácticamente. Capaces de hacer daño está claro que son. Y con espacios son letales.
España-Georgia
España Unai Simón; Carvajal, Laporte, Le Normand, Cucurella; Rodri, Fabián, Pedri; Lamine Yamal, Nico Williams y Morata.
Georgia Mamardashvili; Kakabadze, Gvelesiani, Kashia, Lochoshvili Dvali; Chakvetadze, Kochorashvili, Kiteishvili; Mikautadze y Kvaratskhelia.
Árbitro François Letexier (Francia).
Estadio Colonia Arena. Aforo: 50.374
Hora/tv 21.00 / La 1.
Una selección que solo tiene tres jugadores en las cinco grandes ligas
La selección de Georgia está compuesta por una amalgama de jugadores que militan en equipos de un nivel bastante dispar, desde estrellas como Kvaratskhelia a futbolistas del Universitatea Craiova 1948, de la Segunda División de Rumania. La selección que dirige el francés Sagnol solo cuenta con tres jugadores en las cinco grandes ligas: Khvicha Kvaratskhelia, jugador del Nápoles campeón del Scudetto; el portero del Valencia, Giorgi Mamardashvili; y Georges Mikautadze, del Metz, recién descendido a la Ligue 2 francesa. Además, solo otros cinco jugadores militan en las segundas categorías de las cinco grandes ligas. Es el caso de Giorgi Chakvetadze, centrocampista del Watford, de la Segunda inglesa; Giorgi Kochorashvili, centrocampista indispensable tanto en el Levante como en Georgia; Luka Lochoshvili, que milita en el Cremonese de Serie B; Budu Zivzivadze, del Karlsruhe de la Bundesliga 2; y Zuriko Davitashvili, del Bordeaux de Ligue2. Varios son también los jugadores que militan en equipos de primeras divisiones de países sin fútbol de elite, como Giorgi Gocholeishvili, del Shakhtar Donetsk ucraniano; Luka Gugeshashvili, meta del Qarabag azerbaiyano; Giorgi Loria, del Dinamo Tbilisi georgiano; Giorgi Tsitaishvili, del Dinamo Batumi; Giorgi Gvelesiani, del Persepolis iraní; Kverkvelia, del Al-Okhdood saudí; o Jemal Tabidze, del Panetolikos griego. Se le añaden jugadores de la Segunda División de Rumania, caso de Levan Shengelia y Anzor Mekvabishvili, del Universitatea Craiova, o al defensa Lasha Dvali y el delantero Giorgi Kvilitaia, del Apoel chipriota, y se completa una selección muy diseminada por toda Europa y hasta por Estados Unidos (Saba Lobjanidze milita en el Atlanta United), pero que Sagnol ha logrado convertir en un equipo competitivo.