pamplona - Natalia Astráin inicia un nuevo reto. La entrenadora navarra acaba de aterrizar en Estados Unidos para afrontar una nueva etapa como directora técnica del Rise SC de Houston. Deja atrás su puesto de segunda entrenadora en el Atlético de Madrid y una larga trayectoria en los banquillos que inició en Navarra y le llevó hasta el primer equipo femenino del Barcelona y del Levante Las Planas. Ahora se marcha a La Meca del fútbol femenino: Estados Unidos.

¿Cómo surge la posibilidad de ser directora técnica del Rise SC de Houston?

-El club necesitaba una persona para la dirección técnica del fútbol femenino. El club tiene 5.000 niños y niñas, que se reparten en equipos competitivos y otros que pertenecen a la Escuela Recreativa. Tienen unos equipos de chicas que van a competir en una Liga de elite que fomenta la Federación Americana (la NWSL, Liga profesional). Es algo nuevo para el fútbol femenino, pero que ya funcionaba en el masculino. A nivel competitivo se trata de formar jugadoras para las distintas categorías de la selección y la competición es entre varios estados. Y, frente al fútbol físico que impera en Estados Unidos, este club opta por un modelo de fútbol desde las categorías inferiores que apuesta por el buen trato del balón. Y ahí encajó mi perfil.

¿Qué le sedujo del proyecto?

-Había estado dos veranos en los campus que el Barcelona hace en Estados Unidos (FC Barcelona Soccer Camps) y conocía in situ cómo se trabajaba. El fútbol es el deporte femenino por excelencia y se trabaja desde los colegios. La selección de fútbol femenino de Estados Unidos es, junto a la alemana, la mejor del mundo, y me gusta cómo se trabaja el fútbol femenino, el reconocimiento que se le da y el respeto al trabajo de los entrenadores.

¿Cuál es su función como directora técnica?

-Es una tarea que implica implantar la metodología, planificar los entrenamientos con los entrenadores... parecida a la del director deportivo en España, pero no se limita a una labor de despacho, sino que también entreno a varios equipos, y a uno de forma más específica. Aquí los entrenadores no están sólo en un equipo. El trabajo es conjunto.

¿Cómo están siendo los primeros días?

-De toma de contacto. Por ahora muchas reuniones. Estoy conociendo las instalaciones y los medios de que disponen y ya en una semana empiezo a trabajar.

Dicen que si uno quiere ser entrenador, tiene que tener siempre las maletas preparadas. ¿Le costó tomar la decisión?

-A mí no me gusta nada hacer maletas, pero en este caso era un proyecto muy bonito. Yo parto de la idealización de cómo se trabaja el fútbol femenino en Estados Unidos. Es una oportunidad para ver otras formas de trabajar y, al mismo tiempo, aportar mi experiencia en Barcelona y Atlético de Madrid. Creo que puede ser enriquecedor. Vengo abierta de mente. Es un club al que le gusta jugar desde atrás y, en ese sentido, estar cinco años trabajando en el Barcelona me marcó. Pero a la vez en Estados Unidos se trabaja mucho el aspecto físico y me parece interesante conocer, porque puede ser clave para entender sus logros deportivos.

¿Qué será lo que más le va a costar? ¿Qué va a echar de menos?

-El proceso de adaptación. Houston es una ciudad de más de seis millones de habitantes, con sus costumbres y sus horarios. Con el idioma yo creo que no voy a tener problema, porque ya he estado dos veranos aquí. Eso sí, estaba preparada para llegar a Estados Unidos a finales de julio y no aterricé hasta el 1 de octubre. Desde que está Trump todavía es más complicado conseguir un visado de trabajo y los trámites son muy largos. Han sido dos meses de papeleo. Y entre lo que voy a echar de menos, sobre todo a la familia. En España, si estás lejos, en un momento dado puedes coger el coche y acercarte, pero aquí estás en la otra punta del mundo.

Se está impulsando la Primera División femenina, la presencia de árbitras en estos partidos,... ¿para cuándo entrenadoras en los banquillos?

-No es fácil. Actualmente hay una nada más en Primera División. Hasta hace poco nadie quería entrenar a los equipos de chicas, pero ahora que la Liga Iberdrola tiene más visibilidad, se está convirtiendo en más apetecible también para ellos, así que no va a ser fácil. Por ahora se está dando más oportunidades a las árbitras, para las que hay una discriminación positiva. Sabemos que hagamos lo que hagamos, detractores va a haber siempre. A diferencia de un entrenador, yo sé que a mí se me juzga por ser mujer y por ser entrenadora.

Desde la selección navarra femenina, ha entrenado a Barça, Levante Las Planas, segunda del Atlético de Madrid... Todo equipos femeninos. ¿Es imposible para una entrenadora acceder a un equipo masculino?

-Siempre ha estado muy complicado. En otras cosas se ha avanzado, pero en este aspecto no se dan pasos y no hay mejoría. En otros países ya se va viendo una árbitra en la Bundesliga, una seleccionadora que hizo a Holanda campeona de Europa... Pero queda mucho camino por recorrer.

Desde que empezó a jugar a fútbol en Lagunak, se ha avanzado lentamente.

-Sí. Al día de hoy hay jugadoras que pueden vivir de esto y están reconocidas por equipos extranjeros. Ahora mismo los equipos tienen buenas condiciones para entrenar, para viajar, mejores instalaciones, servicios médicos... Es importante estar al amparo de un club profesional. Todo revierte en la calidad de las jugadoras.

Sigue la situación del fútbol femenino también en Navarra. ¿Hacia dónde camina?

-En su día fue un paso atrás cuando Osasuna renunció al fútbol femenino, pero ahora parece que se apuesta de nuevo. Me gustó la iniciativa de abrir El Sadar. A mí me sigue quedando la pena de que no se siguiera apostando por el Lagunak cuando ya estaba en Primera. Era la referencia en el fútbol femenino navarro y trabajaba la base. De todos modos, me consta que la Federación está trabajando por el fútbol femenino, con Patxi Unzué a la cabeza.

pionera desde sus inicios

La primera con licencia UEFA Pro. En 2016, solo 65 mujeres tenían el título de entrenadora UEFA Pro en Europa, frente a los 9.387 hombres que poseen la licencia. Una de ellas es la navarra Natalia Astráin, que fue la primera en conseguirlo. La entrenadora navarra ha ido rompiendo moldes desde que decidió estudiar para ser entrenadora. Fue la primera mujer en obtener el título nacional y a partir de ahí ha ido forjando su trayectoria, primero en Navarra, después en el Barcelona (donde estuvo cinco años) y la temporada pasada en el Atlético de Madrid, campeón de Liga, donde fue segunda entrenadora.

Fecha y lugar de nacimiento. Tiene 41 años, Pamplona

Estudios. Licenciada en Historia del Arte.

Formación. Título nacional de fútbol, Experta en Coaching Deportivo para la Dirección de Equipos, Máster de Alto Rendimiento Deportes Colectivos y Máster de Psicología Deportiva.

Trayectoria. Segunda entrenadora del Atlético de Madrid (campeón de Liga), entrenadora del Levante Las Planas (Primera División), Barcelona (Primera División y coordinadora), Selección Española sub-18 (ayudante), Seleccionadora navarra femenina, Beti Onak juvenil (chicos) y Bidezarra cadete (chicos).