Pamplona - La Eusko Label Liga de traineras, competición que concluyó ayer en Portugalete, aprovechó los dos primeros domingos del mes de septiembre para tomarse un respiro y permitir la disputa de la Bandera de La Concha, mítica, tradicional y prestigiosa prueba que ganó Hondarribia cinco años después de su última victoria en la bahía donostiarra. Y dos remeros navarros, Iker Marizkurrena (Sunbilla, 4/8/1982) y Agoitz Irazoki (Lesaka, 8/9/1985), contribuyeron al éxito de la embarcación guipuzcoana en las frías aguas del Cantábrico.

“Fue muy emocionante, sobre todo porque hay que tener en cuenta que son dos regatas que se disputan en dos domingos diferentes y ganamos a Zierbena por 90 centésimas”, relata el sunbildarra Iker Marizkurrena, que matiza que “es la segunda vez en la historia que ha habido una distancia tan pequeña entre el primero y el segundo”. Su compañero, el lesakarra Agoitz Irazoki, comparte la opinión y añade que “ganar así sabe mejor”, aunque precisa que “sufrimos mucho porque fue una regata de infarto”. “Para ver la prueba por la tele en un bar, estuvo bien, pero no tanto para disputarla”, argumenta para justificar la dureza de la competición.

Para Irazoki, que lleva remando en el primer equipo de Hondarribia desde 2010, fue su segunda victoria en La Concha porque ya formaba parte del equipo guipuzcoano que ganó en aguas de la bahía donostiarra hace un lustro, pero para Marizkurrena la victoria supuso su bautismo como campeón en una prueba que tiene casi un siglo y medio de historia. “Hace cinco años también ganó Hondarribia y yo estaba en el club, pero todavía remaba en el equipo B, así que para mí supuso una alegría doble. Había disputado otras tres Conchas, pero es la primera que gano y fue la bomba”, reconoce el remero de Sunbilla, que se perdió parte de la celebración por culpa del control antidopaje. “Nada más llegar a tierra me llevaron al Aquarium para que meara y me costó casi dos horas. Me bebí tres cervezas y dos botellas de agua, pero ni por esas. Cuando llevaba una hora, pedí permiso para salir a ir a sacarme una foto con la familia y con la bandera y el que hacía los controles me lo permitió, pero me siguió para vigilarme y para que volviera pronto. Después regresé al Aquarium y aún tarde casi otra hora en mear”, relata Marizkurrena, que revela divertido que “luego me pasé toda la tarde meando; cada 15 minutos tenía que ir al baño”.

Polémica sanción a Urdaibai La última edición de la Bandera de La Concha deparó el triunfo de Hondarribia, pero también una sanción a Urdaibai por un choque de palas con la trainera de Zierbena en el primer domingo de competición, una polémica de la que se habló, se habla y se hablará mucho. El castigo a la embarcación de Bermeo le dejó fuera de combate pese a ser una de las favoritas al triunfo -de hecho, ayer concluyó la Eusko Label Liga en la que sumó su séptimo título, el tercero consecutivo-, pero Iker Marizkurrena opina que “nosotros hemos estado al margen, a lo nuestro, aunque al final todos estamos de acuerdo en que la sanción es muy dura, pero el reglamento dice lo que dice y el choque de palas fue en la calle de Zierbena y Zierbena, en su calle, puede hacer lo que quiera. Lo que tienen que hacer es cambiar el reglamento. Ya se habló de esto en invierno antes de empezar el campeonato, pero quedó en nada, aunque supongo que ahora se retomará el tema”.

El sunbildarra califica la temporada de Hondarribia antes de la disputa, este pasado fin de semana, de las dos últimas pruebas de la competición. “Le pongo un 10”, dice. Y resulta imposible mejorar la nota, aunque la embarcación guipuzcoana cerró ayer el curso con el subcampeonato liguero -por detrás de Urdaibai- y una victoria en la Bandera de Portugalete, triunfo que se suma a los que Marizkurrena enumera: “Este año hemos ganado en Liga tres regatas -cuatro, con la de ayer-, incluida la de Zarautz, que es la más importante, también el Campeonato de Euskadi, el Campeonato de Gipuzkoa y la Bandera de La Concha. Para nosotros, el objetivo está más que cumplido”. Además, añade como mérito que Hondarribia es un club de cantera: “En La Concha, 10 de los 13 remeros éramos de la cantera, mientras que casi todos los demás funcionan con fichajes”.

Remeros tardíos Agoitz Irazoki secunda la tesis de su compañero y paisano: “Hondarribia siempre ha funcionado así, con la cantera, con chavales que empiezan a remar con 10-11 años y que luego acaban en el primer equipo. Si empiezas a comprar remeros, es inviable”. Sin embargo, no es éste el caso de estos dos navarros de la trainera guipuzcoana. Iker Marizkurrena es natural de Sunbilla, aunque en la actualidad reside en Doneztebe, y cuenta que empezó a remar en una edad relativamente tardía, “con 25 años y a punto de cumplir los 26”. “Veía las regatas en la tele y me gustaba, tenía curiosidad”, continúa, y añade que “además me enteré de que había tres personas de Lesaka que estaban remando en el equipo B de Hondarribia y eran de mi edad más o menos, así que un día, acompañado de mi hermana, me planté en la puerta del club, me junté con el gerente y me aceptó. Me dijo que tenía que perder un poco de peso, me puse en contacto con los entrenadores, empecé a hacer un poco de ergómetro -un simulador de la acción de remar-, a correr y luego pasé al foso, una piscina para aprender la técnica”. Y así empezó hace ya casi una década la aventura de este sunbildarra en el mundo del remo, aunque reconoce que “los primeros días, semanas y meses sufrí un montón porque sangraba de todos los lados, pero sólo es duro hasta que le coges el truco”.

Marizkurrena remó dos años en el filial de Hondarribia (2009 y 2010) y su ascenso al primer equipo se produjo en 2011, aunque en 2012 colgó la pala por culpa de una lesión de espalda y en 2013 tuvo que pasar otra vez por el equipo B antes de regresar a la elite en 2014 y mantenerse en ella hasta la actualidad.

Su caso es parecido al de Agoitz Irazoki, aunque este lesakarra de 33 años comenzó a remar en Hondarribia con 21 y asegura que “ya no es tan raro empezar con 20 o más años y, en las campañas que hemos realizado últimamente para captar nuevos remeros, hemos hecho hincapié en esto, en que para empezar a remar no hay que tener 10-11 años, que con 20-21 todavía es pronto. Es otra forma de buscar gente de la zona de Bidasoa, no solo de Hondarribia”, argumenta.

Irazoki comenzó a remar “de casualidad”. “Había una conocida mía que era prima de un remero de Hondarribia y me propusieron probar. Empecé y pasé un día, dos y tres y al final son ya 11 años y no me he dado cuenta”, explica risueño. Y se justifica: “Al final, te tiene que tirar el oficio. A mí me encanta ser remero y el trabajo del día a día no se me hace pesado. Si tienes que pasar un suplicio entrenando, no te merece la pena, puede ser un infierno, pero si te gusta? Luego, los triunfos llegan o no, pero la clave es esa, como en cualquier deporte”.

El lesakarra también considera normal la presencia de remeros navarros en el equipo de Hondarribia. “Me dijeron que el primero de la época moderna entró en el 76; luego hubo otro de Goizueta, Bakero; y de Lesaka también hubo unos cuantos en los 80. Después llegó un parón y empezamos nosotros, yo en 2007 e Iker en 2009”, desvela.

Deportistas Y ‘currelas’ Los dos remeros navarros de la trainera de Hondarribia, además de compartir deporte y equipo, también trabajan juntos en la planta que la empresa siderúrgica ArcelorMittal tiene en Lesaka, profesión que deben compatibilizar con un deporte que exige una dedicación exhaustiva. “Trabajo a correturnos”, explica Iker Marizkurrena, “y me toca trabajar casi todos los fines de semana, así que las vacaciones de verano las aprovecho para poder competir”. También para prepararse, porque “entrenamos seis días a la semana, aunque en invierno puedo hacer ejercicios en mi casa”. Agoitz Irazoki coincide con el sunbildarra: “Aquí cada uno tiene su trabajo, que es de lo que vivimos. Nos volvemos locos para organizarnos y volvemos locos a los que están a nuestro alrededor y desde aquí aprovecho para dar las gracias a todos, a los compañeros y a la empresa, que siempre nos han ayudado en ese sentido”.

Después de varios años en Hondarribia, Marizkurrena e Irazoki saborean ahora las mieles del éxito, aunque saben que el final de sus respectivas carreras como remeros se encuentra cada vez próximo, sobre todo en el caso del sunbildarra. “Tengo 36 años y lo normal es no pasar de los 40. Es verdad que hay un miembro de San Pedro que tiene 50 y el más veterano de nuestro equipo ha cumplido 41, pero son casos excepcionales. Con unos 38 se suele dejar porque es un deporte muy sacrificado”, cuenta, aunque a veces tiene premio, como ganar la Bandera de La Concha.

Nombre completo. Iker Marizkurrena Imaz.

Edad. 36 años (4/8/1982).

Lugar de nacimiento. Sunbilla.

Profesión. Trabaja en la planta de Lesaka de ArcelorMittal.

Trayectoria. Remó en el filial de Hondarribia en 2009, 2010 y 2013 y en el primer equipo en 2011 y desde 2014. Ha ganado dos Ligas (2014 y 2015) y una Bandera de La Concha (2018).

Nombre completo. Agoitz Irazoki Alzugarai.

Edad. 33 años (8/9/1985).

Lugar de nacimiento. Lesaka.

Profesión. Trabaja en la planta de Lesaka de ArcelorMittal.

Trayectoria. Empezó en el filial de Hondarribia en 2007 y rema en el primer equipo desde 2010. Ha ganado dos Ligas (2014 y 2015) y dos veces la Bandera de La Concha (2013 y 2018).