Pamplona - Mejor manera que empezar con una victoria a domicilio, imposible.

-Teníamos un desplazamiento difícil, aunque sabíamos que teníamos nuestras posibilidades. Llegamos igualados al final y nos lo supimos llevar.

Han conformado un bloque con pocos nombres en la categoría pero muy sólido.

-El núcleo del equipo son las jugadoras que llevan años dominando la Primera Nacional vasco-navarra. Son jugadoras acostumbradas a competir y son la base del equipo. La mentalidad es competitiva y eso nos ayuda en momentos difíciles. Además, se han compenetrado bien y rápido.

¿Se imaginaba que se iban adaptar tan rápido a la categoría?

-No sabíamos muy bien qué esperar. Confiaba en que un bloque de buenas jugadoras, que se arropasen entre ellas y que supiesen lo que quisiéramos hacer de ellas. Ahora mismo hemos jugado un partido oficial, no hay que lanzar las campanas al vuelo, pero entre ese y la pretemporada, hemos visto que podemos competir.

La pretemporada les ha servido para coger confianza?

-Las que más dudan tenían eran ellas. Ha habido que convencerles, que tuviesen confianza. Y ganar alguno de los partidos de pretemporada y haber competido en todos les ha reforzado.

Que haya tantas navarras, ¿ayuda a que las de abajo vean que tiene posibilidades de llegar?

-Es importante que sea un equipo conformado por navarras. Todo el mundo dice que Navarra tiene que tener un LF2, pero luego hay que demostrarlo. Y creo que lo hemos hecho lo mejor posible, poniéndolas a competir, bien arropadas pero con protagonismo.

Y lideradas por Cecilia Liñeira.

-Con Cecilia tenemos mucha suerte de que haya querido seguir jugando y de que se haya afincado aquí.

El peor momento de la pretemporada ha sido la grave lesión de Andrea Tollar, ¿cómo lo han vivido?

-El tema de Andrea tiene muchas implicaciones. Una chica de Zizur que volvía a casa, con mucha ilusión y tras todo el verano trabajando duro. Nos tocó mucho, primero, a nivel anímico. Y deportivamente nos rompió mucho la estructura. Es una jugadora con puntos, con defensa, que puede alternar posiciones, intensa... le dije al club que podíamos empezar a competir sin sustituirla, pero que el año es muy largo y estábamos a una lesión de tener un problema muy serio. Se dio la suerte de que Bea (Royo) estaba buscando algo cerca de su casa.

Que haya aparecido una jugadora como Bea Royo en el mercado a estas alturas de la temporada es casi un milagro.

-Sí. Fue ella la que se puso en contacto con nosotros. Pope y yo buscamos alguna cosa, pero ella fue la que nos llamó. Quiere trabajar y seguir jugando. Se puso de acuerdo con el club y un par de días después estaba aquí.

¿Qué les puede aportar?

-Mantiene el nivel de intensidad, nos va dar puntos y, además, veteranía y conocimiento de la liga. Se ha integrado perfectamente. Es un perfil muy parecido al que hay aquí, tanto como jugadora y como persona.

Para acabar, usted vuelve a una liga que conoce, ¿cómo lo afronta?

-Con mucha ilusión. Desde que surgió la oportunidad. Era un proyecto que me llamaba. Necesitaba sentirme identificado con el proyecto y con este lo hago. Además, estoy trabajando con Pope, que es un amigo, y con amigos es más fácil hacer las cosas.