en nuestro juego hay detalles que reflejan intenciones y que necesariamente traen consigo consecuencias. Me refiero concretamente a una decisión que pasa a menudo desapercibida pero que al cabo de la temporada no es del todo baladí, elegir el banquillo en el que se sienta el entrenador local.

Nada obliga en las normas que rigen el fútbol a que se elija uno u otro banquillo, tomando como referencia la salida del túnel de vestuarios si se elige el de la derecha se encontrará cerca del árbitro asistente que se desplaza por esa zona, si elige el de la izquierda estará mucho más alejado. La decisión está en manos del club local que, con seguridad, atenderá los deseos de su entrenador.

¿Y cuál es la diferencia? Pues evidentemente estamos hablando de un juego de presiones, si opta por la proximidad al árbitro asistente podrá intentar presionarle pero a cambio estará mucho más controlado y sus comentarios serán escuchados y sancionados, en su caso, con más facilidad, dependerá de su saber estar mantener el equilibrio adecuado para evitar ser expulsado con cierta frecuencia.

Situarse en esa posición sin tener los nervios bien templados es una auténtica temeridad que dará excusas estériles para armar manidas persecuciones.

Por supuesto que la comunicación bien entendida con el linier puede tener su interés pero, esto es una opinión muy personal, los actuales jueces del fútbol profesional tienen ya la piel muy dura y su preparación psicológica les hace poco sensibles a presiones externas.

Lo aconsejable es analizar objetivamente el carácter del entrenador local, si es de esos que ante una reconvención es capaz de detenerse y controlar sus nervios puede sentarse en el lado derecho, si por el contrario es de los que se crecen ante una advertencia y entran en la dinámica que conduce a la expulsión estará mucho mejor en el lado izquierdo, evitará situaciones bochornosas y no exaltará de manera innecesaria a sus jugadores y público.

Esto de izquierda y derecha evoca posiciones políticas y hasta religiosas pero en este caso no pasa de una cuestión puramente física? y de prudencia.

Vocal de Formación y Relaciones Sociales del Comité Navarro de Árbitros de Fútbol