La orientación constituye una práctica fisicodeportiva que pone en marcha a cuerpo y mente, y brinda la oportunidad de disfrutar del contacto directo con la naturaleza, sin límites de edad ni forma física. Aimar Urquizu, vecino de Zizur, lleva toda la vida practicando este deporte junto a su familia, y el pasado dos de mayo se proclamó a sus 15 años, campeón del mundo sub-16 en categoría larga distancia, algo que ni siquiera él se imaginaba.

Sin embargo, la pasión de Aimar por este deporte está en sus genes. En la familia Urquizu, la práctica de este deporte es como una religión. Jorge, padre de Aimar, y aficionado del running y las montañas, se inició en este mundo hace unos años, arrastrando con él a su mujer Susana, a quien la orientación ya le gustaba. Más adelante, fueron padres de Aimar, Iranzu e Iván. Por ello, Aimar y sus hermanos nacieron con la orientación en la sangre y prácticamente la disfrutan desde que nacieron.

Sin embargo, no sólo Aimar ha conseguido títulos en este deporte. Su hermano Iván, de 9 años, se proclamó el año pasado campeón de España; y su hermana Iranzu, de 13, obtuvo el bronce en el mismo campeonato en sus respectivas categorías. Jorge, además, ha sido campeón del mundo en varias ocasiones, y ser campeones de España para ellos es algo habitual.

Sin embargo, hasta hace poco, para Aimar esto no era nada más que un “hobby”, ya que “aquí en Navarra la verdad es que no se conoce prácticamente nada. Nosotros vamos en familia a hacer orientación a otras comunidades y nunca me había planteado el tema de competir”, dijo.

Fue hace unos años, cuando las ganas de conocer gente y rincones nuevos para perderse, le animaron a acudir a las competiciones organizadas por la Liga Española. A los doce años se proclamó segundo de España en distancia media y distancia larga. Hace un año, en categoría sub-14, se proclamó campeón de España de distancia sprint y distancia larga; y este año, en categoría sub-16, se hizo con el tercer puesto de distancia sprint y el oro en distancia media. Su último título, proclamarse campeón del mundo el pasado dos de mayo en categoría larga distancia.

Su triunfo en el mundial fue algo totalmente inesperado. “A finales del año pasado me clasifiqué para el mundial, era uno de mis sueños. Con ir al mundial ya cumplí mi objetivo y para nada me imaginaba ganar. Como mucho esperaba estar en el top 10. Cuando gané, me quedé en shock”, aseguró.

Al tratarse de un deporte no muy conocido, Aimar explicó la metodología de las pruebas. “La carrera es a contrarreloj. En la salida te dan un mapa, una brújula y un chip que te avisa cuando pasas por los puntos marcados. Una vez tienes el mapa en las manos lo miras y sales. Para poder completar el recorrido has de pasar por una serie de puntos indicados en el mapa para después poder llegar a la línea de meta habiendo completado el recorrido de manera correcta”, declaró. Una vez suena el pistoletazo de salida “hay que mirar las balizas e ir al triángulo, que es una base por la que hay que pasar obligatoriamente. A partir de ahí, uno tiene que ir haciendo estrategias de por donde ir, qué hacer... y sobre todo hacerlo de la manera más rápida posible. Hay veces que más que físico hay que tener mucha cabeza porque la concentración es un elemento fundamental”, añadió.

En lo relacionado con la visibilidad de este deporte, a pesar de ser tan joven, Aimar y su familia tienen claras intenciones de crear una escuela de orientación. “El año que viene uno de nuestros objetivos es abrir una escuela y ver si así nos damos a conocer un poco para que haya más gente que se anime a practicar este deporte”, afirmó.

Una de las cosas que más le gusta a Aimar de la orientación es que es “libre. Te sueltan en el monte y vas solo con tu mapa, tu brújula y es un momento en el que te despejas de la vida, desconectas, y entras en un mundo diferente”, dijo.

Al tener claro que para él esto no es más que un hobby, de lo que Urquizu sí tiene intención es de seguir practicándolo hasta que su cuerpo y su mente se lo permitan. “Lo bueno de la orientación es que puedes practicarla tengas la edad que tengas. Cuando fui a Austria a los Juegos Mundiales vi a un hombre llegando a meta con 93 años y yo le vi y dije, tengo claro que quiero ser como él”, aseveró.