que la pista alemana se ha convertido en el jardín de la casa de Marc, no es nada nuevo. Que ganara, tampoco. Son ya 10 años consecutivos haciendo pole y victoria: una en 125, dos en Moto2 y siete en GP, todas ellas consecutivas desde 2010. Un récord absolutamente increíble y que veremos cuándo se rompe, si alguna vez ocurre antes de su retirada. Y siempre también con una media de ventaja sobre el segundo clasificado de más de 3 segundos. Y uno de los motivos, son precisamente los ángulos. Un circuito que se corre en dirección contraria al reloj, con una abrumadora mayoría de curvas a izquierda, donde Márquez es un auténtico especialista, por eso de los entrenamientos de dirt-track. Unes a ello, además, una pista muy favorable al estilo tanto del de Cervera como a su Honda, en un circuito muy a la vieja escuela, no excesivamente rápido, frenadas fuertes, desniveles, cambios bruscos de trayectoria... Vamos, donde se mueven los dos como pez en el agua. Por un momento el confirmado Rins y su Suzuki parecían que podía poner un poco de emoción este año, pero de nuevo tuvo un error casi de novato, por segunda carrera consecutiva, marcándose otro cero. El talento de Rins es innegable, el trabajo que está haciendo con la casa de Hamamatsu digno de elogio, pero no puede permitirse este tipo de situaciones si quiere de verdad poder ser una alternativa a tener en cuenta para el campeonato. Con la distancia sobre Viñales y Carl, segundo y tercero, ya por encima de los 3 segundos, Marc sólo tuvo que contemporizar y disfrutar pilotando en una pista que si la diseña él mismo, no le sale mejor. Se va de vacaciones con 58 puntos de diferencia sobre Dovi, que es ya un mundo, en un Mundial del que ya tiene medio trofeo en el bolsillo.

La carrera, aparentemente tan anodina, tuvo también otros ángulos interesantes, como ver a las dos Ducatis (tres con la de Miller) peleando por el top cinco con un Petrucci, que por segunda vez ya, se permitió adelantar al número uno del box rojo robándole unos puntos más para la general. Ha sido renovar por otro año y desmelenarse, todo uno. A ver hasta cuándo dura el buenrollismo italiano en Ducati.