Vitoria - Con los niveles de adrenalina ya estabilizados tras las emociones del Ironman Vitoria-Gasteiz y la victoria de Eneko Llanos, es momento ya de empezar a organizar la prueba del año que viene y hacer una valoración de cómo ha sido la primera edición en la que el triatlón gasteiztarra ha estado bajo el paraguas de la marca internacional Ironman. La prueba ha vuelto a llenar las calles de la ciudad durante el fin de semana de la competición, pero ha traído cambios tanto en el perfil de los triatletas participantes como en la organización del evento.

La mayor novedad ha sido el aumento exponencial de los participantes internacionales. Así como el curso anterior la cuota de extranjeros fue del 13%, en esta edición ha alcanzado el 50%, con participantes procedentes de 53 países diferentes entre los que destacaron Australia, Canadá, Japón, Ucrania, Reino Unido o Suecia. Esto ha significado un reto para la organización, que lo ha sabido solventar con nota. “Quienes más preguntaban e interactuaban con los trabajadores y voluntarios fueron los atletas internacionales, ya que la mayoría no conocía la ciudad ni el recorrido. En las charlas y sesiones de preguntas hemos sabido defendernos con el inglés y algo de francés y alemán. Creo que todos han regresado satisfechos con la organización”, comenta Iñigo Ortiz, director de carrera del Ironman Vitoria-Gasteiz.

Por otro lado, la mayor afluencia de internacionales ha provocado que los hoteles de la ciudad se llenaran, debido a la necesidad de los atletas de alojarse en la capital alavesa a lo largo de la semana de la competición. Luis Cebrián, responsable del área de sectores de SEA Empresas Alavesas, indica que “los hoteles de Vitoria han rondado una ocupación del 100% de su capacidad y también ha sido un fin de semana muy positivo para la hostelería de la Rioja Alavesa”. De hecho, el del Ironman es “la jornada más importante del calendario a nivel deportivo” para los hoteles y los bares gasteiztarras, según Cebrián.

Ironman, encantado con Vitoria El triatlón de Vitoria-Gasteiz siempre ha funcionado como una prueba independiente, pero este año tenía la presión de cumplir con los cánones de calidad exigidos por Ironman y de complacer al director de la compañía Andrew Messik, ya que la entrada de Vitoria en el calendario Ironman fue una apuesta personal suya. “Las expectativas eran muy altas pero hemos cumplido con creces, están contentos con nosotros”, asegura Iñigo Ortiz. A pesar de la presión y la gran afluencia de público no hubo “ningún incidente reseñable”, por lo que la organización fue todo un éxito.

Los propios gasteiztarras han sido un elemento clave para que todo salga a pedir de boca, según indicó la teniente de alcalde y concejala de Promoción Económica, Maider Etxebarria: “El Ironman ha demostrado que Vitoria es capaz de organizar grandes eventos. Hay que recordar que esta prueba ha sido un éxito a pesar de haber provocado afecciones de calado en la ciudad, tanto en el tráfico como en el transporte público. Sin la paciencia y la complicidad de los vitorianos, acoger una competición de este nivel sería imposible”. Cabe recordar que pasaron 16 horas desde que el primer participante se lanzó a las aguas de Ullíbarri-Gamboa hasta que el último clasificado cruzó la línea de meta situada en la Plaza Nueva a las 0.30 horas del pasado lunes.

Otra de las adversidades fue la retransmisión de la carrera por la plataforma online Facebook Watch. “Fue uno de los elementos más complejos, había que tener todo medido a la perfección para que no hubiera cortes en la retransmisión, ya que la señal se envía mediante la red 4G, que no tiene cobertura en algunos puntos del recorrido. Finalmente la retransmisión se siguió de forma espectacular, fue todo un éxito”. De hecho, 3,4 millones de espectadores diferentes siguieron el Ironman Vitoria-Gasteiz en algún momento de la carrera, lo cual podría atraer turismo en el futuro.

El consistorio, por su parte, está muy satisfecho con la proyección que se le ha dado a la capital alavesa a través del Ironman. “Los medios de comunicación han reflejado lo sucedido y esperamos nuevas menciones en revistas especializadas, con lo que la repercusión de la prueba está asegurada”, afirmó Maider Etxebarria.

Los bares del centro se llenaron La hostelería y la restauración hicieron una muy buena caja durante el fin de semana del Ironman, no solo por la presencia de un total de 2.100 triatletas en la ciudad, también por el gran seguimiento del que gozó la prueba. Cientos de gasteiztarras se movilizaron para poder presenciar el evento en directo, especialmente para disfrutar del tramo de carrera a pie por el corazón de la ciudad. “Los bares y restaurantes situados en el centro de la ciudad tuvieron mucha actividad. Los aficionados que se movieron para ver el Ironman se quedaron por el centro para comer o beber algo”, afirma Luis Cebrián. Muchos de ellos se llevaron la consumición a las vallas, ya que “muchos de los bares no pudieron contar con terraza” debido al espacio necesario para el recorrido. Los triatletas y sus familias también aprovecharon para descubrir la gastronomía alavesa, aunque sin dar demasiadas oportunidades al Rioja o al marmitako. “Los deportistas asistieron con sus familias a los restaurantes, pero no acometieron grandes excesos, siguieron una dieta acorde a sus necesidades para una prueba de estas características”, afirma Cebrián.

Sin embargo, no ha notado un gran cambio en cuanto a afluencia respecto a ediciones anteriores. “Se mantiene la misma línea que otros años, con el cambio de que ha pasado de ser una prueba de carácter popular a entrar en el calendario de uno de los eventos deportivos más importantes del mundo como es el Ironman. En algún momento iba a llegar ese salto, han crecido mucho”. Aunque el número total de participantes ha sido menor que en el TriVitoria 2018, en el que la prueba de larga distancia convivió con la de media distancia, el objetivo es que la cifra de participantes aumente gracias al boca a boca y a la publicidad obtenida gracias a la retransmisión. Quién sabe si algunos participantes de esta edición regresarán en el futuro para poder degustar la gastronomía alavesa sin la presión de tener que reservarse para la carrera.