noáin/madrid - Con tan solo una semana de entrenamientos en sus piernas y en la primera parada del comienzo de la gira para preparar el Mundial de China que comenzará dentro de un mes, los jugadores de la selección española afrontan el duelo de hoy contra Lituania con las ganas de comenzar de nuevo a competir pero con la cautela que supone hacerlo con tan poca preparación.

De hecho, el seleccionador Sergio Scariolo, ya advirtió ayer por la mañana tras el entrenamiento en Madrid que hay que tener “toda la prudencia del mundo” para cuidar a los jugadores en esta primera parte de la concentración, a la que no han viajado ni Marc Gasol -que sigue un plan de entrenamientos específico- ni Rudy Fernández -por problemas personales-.

“Me darán el parte y veremos quién jugará un poco más y quién jugará un poco menos. Los minutos del partido lo marcan los médicos y los preparadores. Me dan una tabla de minutaje y luego intentaremos encajarlo”, explicó el técnico, que tendrá que cuadrar antes del partido de esta noche el reparto de minutos.

Para ser los primeros en esta lista de minutos están preparados Ricky Rubio, base de los Phoenix Suns, y Juancho Hernángomez, pívot de los Charlotte Hornets. Los dos jugadores NBA afirmaron ayer en su llegada al aeropuerto de Noáin que están al cien por cien físicamente.

“He tenido un gran verano, he podido entrenar sin ninguna molestia y mejorar en lo físico y también en la cancha”, asegura Ricky, que incidió en que el objetivo del partido de hoy será “concentrarse en los pequeños detalles, en lo que estamos entrenando, y mejorar en lo que nos falta por aprender”, ya que hay que “crear química” entre ellos porque “cada uno juega en su equipo y tiene un rol, pero aquí tienes que modificar y adaptarte el que te pide el entrenador. Y en esa fase estamos, definiendo los roles”, expresó.

Rubio es consciente de la expectación que ha levantado el partido en Pamplona. “Nos informaron de que las entradas se vendieron en apenas un día y estamos muy contentos de poder disfrutar de un pabellón lleno de gente que quiere vernos. Esperamos devolvérselo con buen baloncesto”, confió.

Esa misma ilusión tiene Willy Hernángomez, quien garantizó nada más aterrizar que tiene “muchas ganas de estrenar el pabellón” con un partido de baloncesto, y de “ver a la afición y que sea un partido para que todos juguemos y lo pasemos bien y sea una jornada de baloncesto”.

El mayor de los Hernángomez -su hermano Juancho también está enrolado en la plantilla- ratificó que la semana de entrenamientos, aunque breve, ha sido “dura”, algo que tampoco le ha venido de sorpresa ya que se encuentra “muy bien” tras “tres meses entrenando sin parar”, algo mejor que otros compañeros que “están en proceso de encontrar su punto óptimo”. Aunque hoy quiere “jugar a tope”, el pívot tendrá que ver cuántos minutos deciden los médicos y preparadores que jugará, aunque los que disfrute lo hará “como un niño”.

“Va a ser mi primer Mundial, y cada año que tengo la llamada de Sergio es un honor” atestiguó, a la espera de un campeonato al que la selección llega con “expectativas máximas”, además de con “ilusión, motivación y ambición”. Y al éxito se llega también disfrutando del camino, un recorrido que comienza esta noche en el Navarra Arena.