lima - Un Chile pletórico dirigido por el técnico navarro y exjugador de balonmano Mateo Garralda, e iluminado por una actuación fenomenal de su arquero Felipe Barrientos, sorprendió a Brasil (29-32) y se plantó en la final de balonmano de los Juegos Panamericanos de Lima 2019, en la que se midió a la Argentina de Manolo Cadenas que se deshizo fácilmente de México por 34-14.

El ídolo español de balonmano y vecino de Burlada encabeza desde hace tres años y medio a la Roja de balonmano. Un equipo con el que hizo historia el pasado domingo tras eliminar a Brasil y avanzar a la gran final.

Además, esta fue la primera final que el equipo chileno de balonmano ha jugado en unos Juegos Panamericanos y con opciones a participar en los Juegos Olímpicos de Tokio.

Brasil y Chile mantuvieron en la semifinal un durísimo encuentro, igualado y áspero, en el que los cariocas, a priori los favoritos, fueron a remolque todo el tiempo.

Una tenaz defensa chilena, sostenida por Barrientos en el arco -un 40% de atajadas en el partido- que no solo paró mucho, sino que paró cuando más dolía a los brasileños, fue esencial para que el equipo transandino rompiera los pronósticos y se plantara en la final del torneo.

La intensidad defensiva chilena pudo apreciarse en las estadísticas finales, con un Brasil, el vigente campeón de los Panamericanos, con un 52% de efectividad en sus tiros de campo frente a un 68% de los vencedores.

Chile demostró que iba en serio desde el inicio y estableció un colchón de tres puntos que mantuvo casi durante todo el partido.

Claves fueron, sobre el final del primer tiempo, una seguidilla de paradas de Barrientos ante disparos a bocajarro rivales.

Luego, la intensidad chilena premió para mantenerse por delante en el marcador pese a sufrir una doble exclusión (m.6 de la segunda mitad).

El oficio brasileño llevó al equipo a empatar hacia la mitad del segundo período, e incluso a ponerse por delante en el marcador, pero nunca por más de un gol, nunca por más de unos segundos. Chile siguió con su presión y Brasil, sin ideas, quebró.

Con poco menos de dos minutos para jugar la ventaja volvió a los tres goles, y ya fue imposible impedir el festejo chileno. - Efe