A finales de los años setenta del pasado siglo los amantes de las motocicletas de gran cilindrada, en un periodo en el que los productos japoneses estaban limitados en su entrada y con la gloriosa industria británica de los sesenta en franca agonía, se debatían entre la elegancia, fiabilidad y elevado estatus de los modelos de BMW y las deportivas y llenas de carácter motos italianas. Las radicales Ducati y las rudas Laverda, especialmente las tres cilindros de 1.000 y 1.200 centímetros cúbicos (cc), contrastaban con las sofisticadas Benelli de seis cilindros (750 y 900 Sei) y las más refinadas Moto Guzzi, con la Le Mans II como punta de lanza deportiva y las viajeras 1.000 SP como alternativa rutera. Luego llegó la apertura de fronteras a la arrolladora industria japonesa y el declive italiano: Laverda desapareció, Benelli languideció, Ducati deambuló hasta que de la mano del Grupo Volkswagen recuperó todo su brío y Moto Guzzi pasó inadvertida hasta integrarse en el Grupo Piaggio, para, ahora sí, volver a lo grande con su nueva V85TT, que probamos en esta página, tras unos años de regeneración con buenas motos de carretera de estilo vintage y custom de gran cilindrada.

La nueva V85TT representa la esencia de la mejor Moto Guzzi de los años 70 puesta al día y entrando a competir con calidad, diseño, dinamismo, buenas prestaciones, versatilidad, tecnología de vanguardia -sobre todo por su equipamiento de conectividad y asistencias a la conducción-, eficiencia, capacidad viajera, facilidad de uso, precio competitivo (10.990 euros las monocolor y 11.190 las de varios tonos) y personalidad propia en el segmento más caliente del mercado, el de las trail medias y grandes. Para ello se ha puesto manos a la obra creando un motor moderno sobre la base de un diseño clásico. Su bicilíndrico en uve a 90 grados refrigerado por aire y con 853 cc sigue contando con cardan, en lugar de cadena, y con seis marchas, y posee el acusado carácter y delicioso palpitar a bajas revoluciones de siempre; pero en todo lo demás es una mecánica actual, refinada, silenciosa, progresiva, exquisita y de excelente rendimiento. Salvo para quienes busquen prestaciones explosivas, sus 80 CV a 7.750 rpm y los 80 Nm de par a 5.000 vueltas (da 78 Nm a sólo 3.500 giros) garantizan una buena velocidad punta (unos 195 km/h), notables aceleraciones y recuperaciones merced a su brillante medio régimen y consumos contenidos (4,9 litros homologados que con sus 23 litros de depósito dan para más de 400 km de autonomía) que corroboran su convincente nivel.

Evidentemente, su distribución por varillas y balancines y sus dos válvulas por cilindro no invitan a apurar el tacómetro, pero es que ese tampoco es su espíritu. Con un chasis moderno, robusto y ligero, suspensiones de calidad (horquilla invertida y monoamortiguador trasero, ambos de 170 mm de recorrido y con regulación en precarga y extensión), un peso en vacío de 209 kg que pasan a ser 229 en orden de marcha, una cómoda y práctica posición a los mandos y unos contundentes frenos Brembo, todo sumado a sus tres modos de conducción (carretera, lluvia y off-road) y al control de tracción, la V85TT se maneja con soltura por ciudad, devora los kilómetros por autopista -más todavía con su control de crucero de serie- y triunfa en carreteras de montaña merced a su agilidad y capacidad para enlazar curvas de todo radio con una facilidad pasmosa. Tan sólo se cobra el módico peaje de pedirnos que seamos suaves en las reducciones y hagamos el trabajo antes de abordar el viraje para evitar las reacciones de un cardan que, por lo demás, se muestra modélico. Por cierto, el cambio también presenta un manejo muy satisfactorio.

Junto a un moderno y elegante diseño, el vanguardista equipamiento -en el que destaca su llamativo y completo cuadro de instrumentos, con pantalla TFT y una excelente conectividad-, las amplias posibilidades de personalización merced a un completo e inteligente listado de accesorios y un agrado de utilización elevadísimo, la V85TT nos acaba robando el corazón. Tiene sus puntos mejorables: las hay mucho más eficaces para abandonar el asfalto, su pantalla de serie es baja, los cubremanos protegen poco del viento y la lluvia, el caballete central es un accesorio y cuenta con un claxon de ciclomotor; pero cuando arrancas su precioso y cautivador motor en uve a 90 grados con refrigeración por aire, metes primera y sueltas el embrague, te conviertes en una víctima más de la magia de la nueva y a la vez legendaria Moto Guzzi.

MOTO GUZZI V85TT