yokohama - La selección de Sudáfrica derrotó ayer en el Estadio de Yokohama a Gales (16-19) en la segunda de las semifinales del Mundial de rugby de Japón, en un duelo intenso y protagonizado por las defensas, y se cita con Inglaterra en la lucha por el título, en la repetición de la final de 2007 que se llevaron los Springboks.

Ambos equipos marchaban empatados (16-16) cuando restaban apenas cinco minutos para el final. Fue entonces cuando emergió la figura del apertura Handré Pollard, infalible a palos -que anotó 14 de los 19 puntos de los suyos- y que transformó desde 35 metros para darle la victoria al cuadro africano. El golpe de castigo galés fue la demostración del estadio de ansiedad de los europeos, que pecaron de falta de oficio ante los africanos.

Las defensas marcaron un primer tiempo en el que el marcador solo se movió con los lanzamientos de penalti, tres para Pollard y dos para el galés Dan Biggar que permitían a los Springboks llegar con una pequeña renta al descanso (6-9).

Sin el poderoso ala George North, víctima de la dureza del duelo, los Dragones Rojos igualaron la contienda en la reanudación gracias a un nuevo golpe de castigo de Dan Biggar, aunque pronto el jugador de origen español Damian de Allende frustró el empuje galés al superar la 22 rival y posar el único ensayo de Sudáfrica, seguido de la transformación de Pollard.

Sin embargo, Gales respondió con un ensayo de Josh Adams -el ala galés es el jugador con más ensayos en la competición, con seis marcas- y la conversión de Halfpenny, que volvían a establecer la igualdad. Con el empate en el marcador, Gales cometió errores impropios de un equipo de primerísimo nivel y concedió a su rival otra penalización. Así, a falta de cinco minutos, Pollard transformó otro golpe de castigo para llevar a los Springboks a su tercera final.

Sudáfrica buscará el sábado en Yokohama su tercer título, tras los logrados en 1995 y 2007, en la que será la reedición de su última final, donde dejaron sin opciones al combinado inglés (15-6) en el Stade de France de París.

Enfrente tendrán a un quince de la rosa que dio la sorpresa del torneo al arrollar y eliminar a la principal favorita, Nueva Zelanda (19-7). Ahora, los de Eddie Jones tratarán de repetir su único éxito en la competición, el de 2003, cuando se impusieron a Australia (20-17). El poderío físico de las delanteras está equilibrado, por lo que el protagonismo de los hombres de la línea puede ser crucial. - Efe