Es habitual en muchos aspectos cambiar de creencias de manera circular. Por alguna razón los humanos tendemos a mudar nuestros criterios y lo que ayer era blanco mañana será negro y pasado mañana volverá a ser blanco. Así, sin despeinarnos mucho, un día opinamos que una carne, un pescado o un aceite son perniciosos para la salud e inmediatamente pasamos a defender que son la quintaesencia que nos hará sanos y fuertes, y esto no solo es aplicable a la alimentación y por supuesto a la moda sino que encontramos rotaciones en infinidad de aspectos diferentes: sociales, políticos, culturales, educativos, familiares y hasta religiosos, dónde pararán aquellas llamas del infierno que turbaron mi infancia.

Las Reglas de Juego tampoco son ajenas a estos cambios de criterio y sorprendentemente tienden también a rectificar normas para que vuelvan a ser como solían, pondremos dos ejemplos de no mayor importancia.

Hace bastantes años, en la competición española los árbitros amonestábamos a los oficiales: entrenadores, delegados, médicos, masajistas, enseñándoles la correspondiente tarjeta amarilla, roja cuando eran expulsados. Se rectificó esta forma de comunicación y, para adaptarnos al criterio internacional, se pasó a amonestar o expulsar de manera verbal, lo que daba lugar, sobre todo en las expulsiones, a que el árbitro acabará realizando con el dedo un gesto que resultaba a veces un tanto ofensivo para el receptor, amén de que nunca quedaba muy claro quién era el objeto de la sanción. Las modificaciones de las Reglas para esta temporada nos regresan al antiguo hábito: volveremos a enseñar las tarjetas a los oficiales de los equipos para que queden convenientemente identificados por todos los asistentes.

También durante muchos años, cuando se realizaba el sorteo previo al partido con el lanzamiento de una moneda el árbitro preguntaba al capitán que lo había ganado si prefería elegir campo o efectuar el saque inicial. Por alguna razón que se me escapa se cambió el procedimiento de manera que el capitán que ganaba el sorteo debía elegir zona del terreno y el perdedor realizaba el saque inicial. Esta temporada, completando el círculo volvemos al sistema antiguo y de nuevo se podrá optar entre campo o saque.

Son, evidentemente, cambios de escaso relieve pero que conviene conocer, aunque solo sea como curiosidad y que llevan a la reflexión de si seremos, como los gatopardistas sicilianos, propensos a cambiar las cosas para que todo siga lo mismo. También en asuntos de más fuste.

El autor es vocal de Formación del Comité Navarro de Árbitros de Fútbol