ecía Jorge Valdano en una de sus conocidas frases que el fútbol es lo más importante de entre las cosas poco importantes, la llegada de esta desgraciada adversidad ha colocado a nuestro juego en ese lugar que le corresponde. Es claro que, como en otros muchos aspectos de nuestra vida pasada, hemos pecado de arrogancia, el dichoso bicho parecía una asunto lejano, casi no iba con nosotros, allí estaba La China. Luego cuando lo vimos de cerca aplicamos soluciones pequeñas a un gran problema, creímos que bastaba con jugar los partidos a puerta cerrada para poder seguir disfrutando desde la pantalla de nuestro televisor, no se nos ocurrió pensar que los jugadores, también los árbitros y demás participantes, eran humanos, los habíamos endiosado tanto que parecía que las desgracias no podían tocarlos, pero no, son hombres y mujeres como los demás, con sus miedos y sus debilidades y aquí estamos con el fútbol parado viendo, de vez en cuando, partidos antiguos para matar el gusanillo del aburrimiento. Los árbitros, parte de nuestro deporte, hemos tenido que guardar el silbato y las tarjetas en un cajón, a mano, para cuando nos hagan falta y ahora lo que nos preocupa son nuestro hijos y nietos, nuestros padres, nuestra pareja, esa familia que a veces desatendemos para ir de campo en campo con nuestra afición, pero que siempre es lo importante. No descuidaremos mantenernos en forma, cuando podamos volver a silbar estaremos preparados, las herramientas online nos permiten seguir evaluando videos y haciendo exámenes, seguimos un plan físico programado para entrenar en casa, nos mantenemos dispuestos. Mientras el final de esta pesadilla llega vamos a ejercitar una de nuestras mejores virtudes, la disciplina, hemos ido forjando nuestro carácter impartiendo orden y concierto de partido en partido y ahora, como ciudadanos, vamos a demostrarlo. Lo que nos toca es claro, debemos ser ejemplares y esa ejemplaridad pasa por cumplir escrupulosamente las normas sociales que se nos marcan, no valen atajos ni trucos, no los toleramos en el terreno de juego y no nos los vamos a permitir a nosotros mismos. Saldremos juntos de ésta, seguro que sí.El autor es vocal de Formación del Comité Navarro de Árbitros de Fútbol