os campus deportivos son uno de los ingredientes esenciales del verano de muchos niños, niñas y familias que encuentran en ellos un entorno seguro para que sus hijos puedan practicar su deporte favorito y facilitar la conciliación laboral. Vivieron la pandemia entre dudas, un 50% no seguirá adelante y los que continuarán lo harán centrados en los protocolos sanitarios.

Los campus deportivos de verano pertenecen al sector de los campamentos, en el que participan más de 4 millones de niños y niñas cada año, que genera 200.000 empleos directos y agrupa a más de 37.800 empresas con una facturación anual agregada de más de 8.600 millones de euros, según datos del Colectivo de Campamentos de Verano.

Entre ellos, muchos son deportivos, organizados tanto por federaciones como por clubes, jugadores, técnicos y organizaciones de lo más diverso, que atraen a niños y niñas tanto por la diversión como por la posibilidad de perfeccionar sus habilidades deportivas.

“La población española ha estado más de dos meses confinada, los niños necesitan hacer deporte, hacer campamentos”, consideró Joaquín Sagués, consejero delegado de la empresa Campus and Sports Events, que organiza las actividades veraniegas de la Fundación Real Madrid y la Real Federación Española de Gimnasia.

cancelaciones Las dudas y la indefinición sobre qué iba a ocurrir durante la pandemia ya ha provocado que echen el cierre muchas actividades de verano. Según las cuentas del Colectivo de Campamentos, el 50 % ya ha decidido no organizar su edición de este año y las pérdidas acumuladas hasta junio rondan el 70 % de la facturación anual.

Entre los que no se harán están algunos tan ilustres como el que el doble campeón de la NBA Pau Gasol. Esta edición, la decimoquinta, será virtual, con clases a través de videoconferencia, pero sin parqué. Tampoco tendrá lugar el Campus que organizaba cada año José Manuel Calderón.

“Yo creo que ha habido un efecto cascada en el sector, en cuanto se comunicó la primera cancelación muchas otras empresas también optaron por cancelar sus actividades”, apuntó Pablo Borrás, del Movistar Estudiantes, que anunció hace dos semanas que mantenía sus actividades de verano. Otros, como los campus de la revista Gigantes del Basket, han tomado una vía intermedia, cancelar algunas sedes y mantener nueve de ellas.

La pandemia también se ha llevado por delante campus de fútbol, como los de la Real Federación Española de Fútbol en su sede de Las Rozas (Madrid) o los del Fútbol Club Barcelona en la Ciudad Condal, aunque sí mantiene algunos de sus campus internacionales.

PROTOCOLOS PARA EL VERANO Entre los que sí organizarán sus campus deportivos aspectos como la limpieza de manos, las mascarillas o las tomas de temperatura se convertirán en algo habitual. “Tenemos tanto el campus externo, de día, como el de residencia, que son más sencillos porque son burbujas, una vez dentro no tienes contacto con el exterior”, aseguró Joaquín Sagués sobre los campus de la Fundación Real Madrid.

En su caso, saben que se exponen a unos campus con menos participantes que en años anteriores.

Serán campus “muy diferentes”, auguró Pablo Borrás, responsable de los campus de Movistar Estudiantes. Cambios en la llegada y salida de jugadores, circulación señalizada para evitar aglomeraciones, más limpieza... “Los participantes notarán los ratios más bajos y ausencia de contacto físico”, apuntó.

muchos menos MONITORES Las cancelaciones de campus dejan, además de niños y organizadores, a los entrenadores y monitores como principales perjudicados. “Se van a reducir mucho los monitores en comparación con otros años, es una desgracia, pero no se puede sacar de un contexto en el que muchas profesiones están viviendo una mala situación”, explica Joaquín Sagués.

El Colectivo de Campamentos calcula que unos 110.000 trabajadores entre monitores de campamento y entrenadores deportivos no van a trabajar este año. A ellos se suman los trabajadores de servicios auxiliares, como dueños de instalaciones de acampadas o empresas de alimentación, muchos de ellos en poblaciones pequeñas cuyo gran ingreso del año depende de los campamentos que reciben cada año.

Una situación que no solo afecta a quienes trabajan en verano, también a los entrenadores que han visto parada su actividad durante el curso.