Con la satisfacción de haber sido parte de una generación de éxito para el waterpolo navarro, Asier Esteban (Pamplona, 22 de mayo de 1989) anunció el pasado martes su retirada como jugador. A sus espaldas, 14 temporadas en el Waterpolo Navarra, 12 de ellas consecutivas en División de Honor, máxima categoría nacional. Pese a la retirada, Esteban tiene claro su intención de seguir vinculado a este deporte y, porque no, llegar a ser algún día entrenador del club navarro.

Después de 14 años en el Waterpolo Navarra, ha decidido dar por finalizada su carrera. ¿Por qué ha tomado esta decisión?

-Cada vez me estaba costando más ir a entrenar a última hora del día, acabando a las 11 de la noche. También el tener que viajar cada dos semanas se hacía duro. Teniendo en cuenta que los partidos que realmente competimos son muy pocos a lo largo de la temporada, la motivación ya no era la necesaria para poder continuar.

Deja el Waterpolo con 31 años, 12 de ellos jugando en División de Honor, una trayectoria de la que poco o nada tiene que envidiar.

-La verdad es que no. He tenido mucha suerte de coincidir estos años con jugadores navarros que tenían nivel para competir en División de Honor y esto ha hecho que podamos estar muchos años en la categoría.

El punto negro de la retirada es no poder despedirse en la piscina de sus compañeros y de la afición.

-Hubiese sido genial haberme podido despedir en la piscina de Amaya de toda la afición junto a los compañeros. Son cosas que pasan en la vida, y la situación se ha dado así. Pero no le doy más vueltas.

Después de tantos años como profesional, ¿con qué momentos se queda de su trayectoria?

-Tengo un recuerdo muy bonito del ascenso en 2008, en el primer año de Manel Silvestre como entrenador. Éramos un grupo de casa que hacíamos una piña muy buena. Esa temporada fue extraordinaria y muy bonita. También recuerdo los primeros años de División de Honor, que los coges con mucha ilusión. Otro buen recuerdo son los años en los que jugamos la Copa del Rey, que creo que es la competición más bonita, donde se llenan las piscinas y se junta todo el mundo del waterpolo.

¿Le ha faltado algo por lograr a lo largo de estos años?

-Quizá si hubiesen sido buenas las condiciones que tenemos aquí para entrenar podríamos haber salido a encuentros como los de Barcelona con algo más de interés. Alguna concentración de la selección también, en las que me quedé cerca de disputar algún Campeonato de Europa. Esos puntos me han dado un poco de pena no haber podido lograrlos.

¿Qué recuerdo tiene de cuando se inició en este deporte?

-Cuando tenía nueve años mi hermano hacía natación y se aburrió de nadar, por lo que buscó otro deporte. Por entonces solo se hacía waterpolo en Larraina, y empezó a practicarlo. Al verano siguiente empecé a ir yo también a la piscina. Recuerdo que al principio me costó un poco, pero fui adaptándome y empecé a ir a Campeonatos de España con la selección navarra, las ligas. Fue todo muy natural.

Esta temporada ha sido complicada para el waterpolo. ¿Qué sensación le quedó cuando se paralizó la temporada y, posteriormente, se dio por finalizada?

-Esta temporada ya empezó de forma extraña, ya que tuvimos problemas en el club para que viniesen los dos jugadores cubanos que se incorporaban al equipo y que llegaron muy tarde a la disciplina del grupo. Ya cuando empezamos a jugar todos vimos una mejora grande, pero con el parón que tuvimos y la falta de información fue todo muy raro. Poco a poco se iba viendo que no iba a haber una solución rápida y cuando se dio por finalizada la liga, sin saberlo, ya había disputado el último partido de mi carrera.

¿Fue en el parón cuando decidió su retirada?

-En realidad ya lo había comunicado antes tanto al club como a mis compañeros. La decisión la tenía bastante pensada. Alargarlo más años lo veía complicado. Después del partido que jugamos en Tenerife el 7 de marzo, cuando prácticamente teníamos la salvación, fue cuando se lo comuniqué a Manel y después a los compañeros.

¿Cómo fue el momento en el que comunicó la decisión a sus compañeros?

-Fue a Manel al primero que se lo dije. Una semana más tarde se lo comuniqué al resto del equipo. Fue un momento triste y de angustia. Les junté en la piscina de Amaya y se lo conté, les expliqué los motivos y lo entendieron perfectamente.

Con toda la situación actual, con la incertidumbre que esta generando la pandemia, ¿cómo cree que puede afectar al waterpolo?

-Ya hace unos años hubo un hándicap, con la crisis de 2008, que supuso que económicamente los deportes minoritarios diesen un bajón grande. Imagino que pasará algo similar ahora. A corto plazo está previsto que la liga de inicio el 17 de octubre, pero ya veremos en que queda eso. Ahora es todo una incógnita y nadie dice nada. Hay un inicio de calendario, pero al ser un deporte de contacto veo difícil el comienzo de la temporada y no creo que sea tan pronto como está programado.

Manel Silvestre ha sido su entrenador los últimos 13 años. ¿Qué ha supuesto su figura para usted?

-Ha sido el entrenador con el que más años he estado. Es alguien que entiende muy bien a las personas y toda la situación especial que tenemos en Pamplona. Nos ha sabido llevar a la perfección. Tiene una habilidad especial para sacar las cosas adelante. Además lo considero desde hace unos años como un amigo.

Estas dos últimas temporadas ha sido el capitán del equipo. ¿Le cambió la forma de vivir cada partido?

-Fue todo un honor coger la capitanía. Yo entendía lo que eso suponía, además de apoyar a los compañeros y ser un ejemplo en el agua y fuera, hay que apoyar a los compañeros a adaptarse al club y a la ciudad lo antes posible. Dentro de las posibilidades que he tenido he intentado hacerlo lo mejor posible. Estoy muy contento y satisfecho de haber podido ser capitán del club estos años.

Pese a su retirada, continuará su vinculación con el mundo del waterpolo en Larraina como coordinador de la cantera.

-Seguiré trabajando en Larraina, que desde hace años tiene un convenio con Waterpolo Navarra, siendo la cantera de este club. Mi labor será intentar sacar chavales adelante. También seguiré siendo entrenador del equipo sénior femenino de Larraina. Desde luego quiero seguir estando vinculado al mundo del waterpolo todo lo que pueda

¿Cómo ve la cantera navarra para los próximos años?

-Creo que hay más niños y niñas que nunca practicando este deporte. Hay que mejorar en el aspecto de instalaciones para que todo el mundo tenga más opciones y espacio. Muchas veces se entrena con dos calles para 15 o 16 jugadores. Se queda corto. Estamos trabajando en ello y en los últimos años han salido grandes jugadores de Pamplona

Dentro de esa continuidad con este deporte, ¿ha pensado la posibilidad de entrenar algún día al Waterpolo Navarra?

-Ya llevo muchos años haciendo de entrenador en Larraina y sí se me ha pasado por la cabeza la opción. Pero eso supondría volver a esos horarios tan tardíos en el día a día y a todos los viajes a nivel nacional de lo que ahora, por decirlo de alguna forma, he escapado. Ahora toca descansar la cabeza durante un largo tiempo y dentro de unos años ya veremos lo que ocurre.

“Hubiese sido genial haberme podido despedir en la piscina de la afición y los compañeros”

“Manel Silvestre nos ha sabido llevar a la perfección. Tiene una habilidad especial para sacar las cosas adelante”

“Cuando se dio por finalizada la liga, sin saberlo, ya había disputado el último partido de mi carrera”