Osés Construcción 47Real Canoe 46

Osés Construcción 47Real Canoe 46

OSÉS CONSTRUCCIÓN Rosemeyer, Arregui (6), Echeverría (4), De Barros (6) y Faussurier (4)-cinco inicial-, Marcos, Ujevic (4), Vicente (2), Cabrera (8), Santibáñez (13), García y Vázquez.

REAL CANOE Rodríguez (9), Marcos (10), Soler (6), Miliauskaite (1) y Prats (7)- cinco inicial-, Mato (9), Gómez (4), Torcal, Baeza y Roldan.

Parciales 9-8, 17-13 (26-21), 8-14 (34-35) y 13-11.

Árbitros Fernando Martínez y Alexis Fuentes.

Pabellón Municipal de Zizur Mayor.

Santibáñez sacó hasta cuatro veces del empate, todas ellas con triples, a las azules ante el Real Canoe en un partido más que igualado. Las visitantes son un viejo conocido y un gran rival para las azules al haberse enfrentado ya la temporada pasada y quedarse al filo de la fase de ascenso. La afición volvió a la grada y Osés supo recompensarle con un buen partido, mucho juego y mucha lucha.

El partido comenzaba muy diferente a cómo terminó. Los diez primeros minutos no fueron nada de provecho para ninguno de los dos equipos. El público aceleró los corazones de las de Pamplona y, como era de esperar, el partido. Eso era lo más parecido a un correcalles.

Este juego tan acelerado no dio resultados y por eso cada canasta valía oro. Un Osés sin opciones y con un juego demasiado estático se adentraba en un partido reñido hasta el último segundo.

Pero llegó el segundo cuarto y con él, Cabrera, que daba aire a un Ardoi ahogado. Los postes debían ser un punto clave según Unzué para resolver el partido, pero sus jugadores no supieron verlos. Cada canasta seguía siendo un grito de salvación o desesperación en Zizur y las azules no sabían sobrellevarlo.

Entonces llegó Santibáñez para poner por delante por primera vez a sus nuevas compañeras. Un triple a falta de un minuto para el descanso levantó e hizo gritar a la afición de Osés después de un año y medio sin hacerlo. El desahogo para el ahogo de Ardoi.

Tras la reanudación, Arregui supo que no podía dejar así a sus azules y menos a su público, y sacó el carácter que le define como capitana de Osés. El equipo de Unzué sacó fuerzas de donde no tenía porque debía jugar un partido entero en menos de veinte minutos. Un reto, pero un reto del que Osés no se olvidó hasta el pitido final.

Si cada canasta antes valía oro, ahora costaba el partido y la primera victoria en casa. Había que seguir luchando tres minutos más y guardar el balón con ese punto que marcaba la diferencia entre Osés y el Real Canoe. Una vez más, Osés es un gran rival y un viejo conocido.