Pamplona - Muchos pelotaris ven el segundo partido de las liguillas de las semifinales como el encuentro clave. El primero diseña las probabilidades de un futuro benévolo o complicado, pero es el segundo el que la mayoría de las veces firma el desenlace definitivo. Es el encuentro en el que las urgencias son más evidentes y en caso de haber caído en el primer partido dejan a los protagonistas sin margen de error. Con esa situación en la que solo está permitida la victoria, se reunieron ayer en el Labrit Jokin Altuna y Julen Martija para realizar la elección de material de la cita del sábado junto a Víctor Esteban y Jon Ander Albisu. Lo hicieron con el aire de final flotando en el ambiente. Algo muy conocido para los de Aspe, que vivieron con la eliminación sobre su cabeza todo el campeonato, y más novedoso en esta edición para el delantero riojano y el zaguero de Ataun.

La obligación de ganar viaja en la mochila de Altuna y Martija desde hace tiempo. Su liguilla de cuartos fue un ejercicio de supervivencia constante y ahora en las semifinales la historia vuelve a repetirse. “Sí que es un partido definitivo el del sábado, pero nosotros llevamos como cerca de dos meses jugando partidos como si fueran finales y esta es una más. Somos conscientes de que habrá nervios, pero saldremos a darlo todo como lo hemos hecho en los partidos precedentes”, declaró el amezketarra.

Con menos costumbre a vivir bajo la sombra de la eliminación, pero igual de obligados están Víctor y Albisu, a los que el tanteo de 22-12 del primer encuentro ante Danel Elezkano y Beñat Rezusta les dejó muy tocados. El delantero de Ezcaray cree que tuvieron “poca recompensa para el trabajo realizado”, pero no cree que deba cambiar su estrategia drásticamente para este sábado: “Queremos hacer un partido sólido. Jon Ander está en un buen momento de forma y creo que va a hacer las cosas bien”.