pamplona. El Grupo Leche Pascual ha adquirido la división de Hostelería de Azkoyen. La empresa con sede en Peralta recibirá por la venta unos 33 millones de euros, según un acuerdo adoptado en el Consejo de Administración del pasado viernes, y que le supondrá desprenderse de Caffé Mocay, su marca de café, que incluye 21 delegaciones comerciales, así como una instalación industrial en Noáin. En total supone unos 197 empleados.

La operación permite a Pascual situarse en la hostelería y da un respiro a Azkoyen en un momento de dificultades financieras y de caídas tanto en la facturación como en el beneficio. La división de hostelería aportó a la empresa navarra 29 millones de euros en ventas el año pasado, el 18,5% del total. La venta del negocio en España, donde Mocay posee una cuota de mercado del 5%, completa la desinversión hecha en 2006, cuando Azkoyen se desprendió de su negocio de café en Portugal con unas plusvalías de 3,5 millones de euros. En 2007 vendió también por un millón de euros la fabricación de máquinas y molinillos de café. La operación de ayer fue bien recibida por los inversores y las acciones de la empresa navarra subieron más de un 5% durante la sesión bursátil.

La venta abunda por tanto en la reestructuración de Azkoyen, que abandona el negocio de la hostelería, intensivo en mano de obra, y se reorienta hacia otros nichos de mercado. Así, Azkoyen adquirió en 2009 Primion, empresa alemana especializada en sistemas electrónicos de seguridad. Esta línea de negocio aportó 54,1 millones de euros a la empresa el año pasado, convirtiéndose en la actividad principal de la empresa. Y Azkoyen espera que la facturación siga creciendo cuando desaparezcan las actuales incertidumbres económicas en Europa.

El grupo Azkoyen cerró 2009 con 162,5 millones de euros en ventas, lo que supone un incremento del 9,53%, pero con unas pérdidas de 4,5 millones de euros. Antes de la venta de la división de hostelería, contaba con 1.052 personas. Para hacer frente a la compra de Primion, Azkoyen solicitó un crédito de unos 65 millones de euros y cuya devolución se vio afectada por la caída de los ingresos. La empresa negoció con los bancos una dispensa de 50 millones de euros en el cumplimiento de ciertos ratios en la relación entre deuda y fondos propios que la venta de Mocay le permitirá por tanto asegurar.