pamplona. Fuera de este cálculo quedan las cajas de ahorros que, como la Caixa, Ibercaja, Unicaja o Kutxa, han decidido continuar en solitario y y que, en términos generales, poseen un riesgo promotor y constructor inferior a la media. Todas ellas, excepto la barcelonesa, afrontan ahora un problema distinto. Con una buena solvencia y una gestión del riesgo en general notable, su problema puede ser de tamaño y de personalidad jurídica, al no haberse convertido en bancos. Decidido a terminar con las cajas, el Gobierno ya ha anunciado que les exigirá un mayor coeficiente de capital básico (un 10% frente al 8%), algo que sin duda lastraría su capacidad de crecimiento futura. En medios financieros se especulaba también ayer con la posibilidad de que el Gobierno les impidiese operar fuera de sus territorios de origen.

El dato de Banca Cívica esconde también algunas sombras. La más importante de ellas tiene que ver con una solvencia muy ajustada, que le obligará a seguir vendiendo algunas participaciones industriales, así como a captar capital privado. El 8,05% se encuentra muy cerca del suspenso, a pesar de que la entidad espera elevarlo hasta el 10% durante el verano. Junto a ello, el porcentaje de créditos que han entrado en mora o que lo harán en los próximos meses roza el 36% del dinero prestado a constructoras y promotoras. Banca Cívica es la séptima entidad que más pisos y suelo tiene ahora mismo en propiedad, en línea con su tamaño, pero sensiblemente mejor que entidades de parecido rango como Mare Nostrum, el banco impulsado por Caja Murcia. La fusión de Caja Madrid y Bancaja, con 7.402 millones de euros adjudicados, se ha convertido en la mayor inmobiliaria de España.

Las cajas no han facilitado además la información individualizada. Es decir, no se sabe qué entidades de las cuatro que forman Banca Cívica habían puesto más dinero en el sector inmobiliario, que generó la mayor burbuja del planeta. Pero hay algunos datos a los que, si se da credibilidad, arrojan algunas pistas. Enrique Goñi, actual copresidente de Banca Cívica, repitió en numerosas ocasiones que Caja Navarra era "la entidad con menor exposición inmobiliaria" del sector de cajas. El directivo navarro cifró hace un año en un 13% el porcentaje de los créditos concedidos a este sector, una cifra muy inferior al 18,76% que, descontados los activos ya en propiedad, suma en la actualidad Banca Cívica.

Esto significaría que la mayor exposición al ladrillo llega desde otras cajas y casi todas las miradas se dirigen a la andaluza Cajasol, la mayor por tamaño pero la que mayores problemas parece atravesar. La entidad sevillana se incorporó en último momento al proyecto, después de que el Banco de España decidiera que no podía continuar sola y después de que no se concretara la entrada de JC Flowers, que exigía duras condiciones para asegurar su entrada con 450 millones de euros al capital de Banca Cívica, suspendida en los test de estrés a la banca.

Ni Caja Burgos ni Caja Canarias han publicado tampoco sus datos. Sí se sabe, en cualquier caso, que las otras dos cajas castellanas atraviesan graves dificultades y necesitarán una importante inyección de capital. Nada menos que el 35,5% de sus préstamos fueron a manos de promotores y, en estos momentos, tienen adjudicados 1.083 millones de euros en pisos y en suelo. CatalunyaCaixa y Unnim (cajas catalanas pequeñas) también arriesgaron mucho en el sector inmobiliario.