pamplona. YB (amortiguadores y direcciones) y Nissan (carretillas), con centros en Ororbia, Orkoien, Los Arcos y Noáin, son las dos marcas de referencia en el tejido industrial japonés en Navarra, al que se suma también Ibérica de Suspensiones en Alsasua, de capital japonés. Juntas suman cerca de 1.500 empleos, de los que unos 95 se integran en un centro de servicios e ingeniería de KYB, desde el que se atiende no sólo a Navarra, sino a la República Checa y Brasil. La apertura de un centro de producción en Los Arcos, en una inversión compartida con el Gobierno de Navarra -10 millones puso Nasuinsa para construir el edificio y 13 la empresa para equiparlo- es el último proyecto, de momento con un reducido impacto en el empleo: hay unas 70 personas trabajando y se espera llegar a 140 en 2013 si se cumplen las previsiones. En los últimos años, la facturación conjunta de estas empresas ha rondado, con las variaciones propias del mercado, los 200 millones de euros, con picos cercanos a los 260 en los años inmediatamente anteriores a la crisis

desde los años 80 Japón se encuentra por tanto lejos de poseer una presencia similar a la alemana, el principal inversor histórico en Navarra gracias sobre todo a Volkswagen. Pero se ha comportado como un socio bastante fiable, especialmente en los últimos años, cuando el volumen de inversión extranjera en Navarra ha ido disminuyendo progresivamente. Su presencia se remonta a los años 80, cuando dos multinacionales japonesas adquieren Motor Ibérica (hoy Nissan) y AP Amortiguadores, ahora KYB. Con la entrada en Europa el flujo de inversiones se mantuvo como un chorro constante de actividad y empleo: numerosas empresas fueron compradas por multinacionales, europeas y estadounidenses, hasta superar el centenar de firmas extranjeras. Durante los años 90, Navarra recibió, de media, alrededor de cien millones de euros anuales de inversión extranjera.

La planta de Ororbia, fundada en los años 60, fue adquirida entre los años 1983 y 1989 por Kayaba, primero en compañía de la norteamericana Arvin. Daba empleo entonces a unas 295 personas, algo menos de la mitad de lo que ocupa a día de hoy y ya en aquellos años facturaba unos 12 millones de euros, cifra que en la actualidad se ha multiplicado por cinco. Es, sin duda, el centro de producción más importante de capital japonés en Navarra.

el desequilibrio comercial Sólo en 2010, un año en general malo para las ventas de automóviles, se compraron en Navarra 1.358 vehículos japoneses Mitsubishi, Suzuki, Mazda, Honda, Nissan y Toyota. estas marcas suponen el 11,4% del total y son sólo una muestra del poderío comercial japonés, que en los últimos 15 años ha conseguido vender en Navarra casi cuatro veces lo que nos ha comprado. Según los datos provisionales de 2010 (ver gráfico en la página de la derecha), Navarra exportó a Japón por valor de algo más de 16 millones de euros, mientras que las importaciones del país asiático alcanzaron los 34,7 millones de euros, una cifra incluso baja si se compara con la de años precedentes. La balanza comercial tiende por tanto a igualarse, si bien sólo relativamente. La implantación de fábricas de automoción japonesas en Francia o Reino Unido, por citar dos ejemplos cercanos, hace que, de rebote, desciendan las cifras absolutas, pero no una realidad que ilustra la enorme distancia en competitividad y tecnología de las dos economías.

La ubicación de estas fábricas fuera de Japón evitará, por ejemplo, retrasos sensibles en la entrega de vehículos japoneses durante las próximas semanas. Algunas de las plantas de producción japonesas se han visto seriamente dañadas pero tanto Toyota (476 coches vendidos en Navarra en 2010) como Nissan (434), los dos principales fabricantes, producen en Europa entre el 75% y el 80% de lo que venden en España. "Los retrasos pueden ser de apenas unos días", explicaban desde la central de Toyota en España. Mazda (124 coches) y Suzuki (91), en cambio, ha tenido unos días la producción parada en Japón.

suministros afectados Nissan Forklift, la empresa de carretillas elevadoras con planta en Noáin da trabajo a cerca de 200 personas y puede ser una de las que acuse los efectos del terremoto y el tsunami posterior. Los motores, que llegan en barco hasta España, son fabricados en Japón y, al parecer, ya ha sido suspendido uno de los envíos. "Aún no se sabe nada con certeza, pero es posible que haya que parar algún día", explicaban desde la empresa, que facturó unos 45 millones de euros en los últimos años y que ha tratado de capear una crisis mediante las suspensiones temporales de contratos (más de 200 días de ERE en los últimos años) y con 30 despidos (17 con compromiso de regreso) a comienzos del año pasado.

No se prevén incidencias sin embargo en las plantas de KYB en Ororbia y Los Arcos. Desde Japón apenas llegan un par de piezas pequeñas cuya fabricación se encuentra ubicada en el sur del país, la zona menos afectada por la catástrofe. "Pueden fabricar y parece que no va a haber problemas", explicaban desde la planta de Ororbia, donde se ha seguido con mucha cercanía la sucesión de acontecimientos de la última semana.

Tampoco debe verse afectada en nada Volkswagen Navarra, cuyo comité de empresa se reunió el viernes con la dirección para solicitar información acerca del tema. "Nos han dicho que no tiene que haber problemas", señalaron. Sí deberá parar la planta de Opel en Figueruelas (Zaragoza), que deberá detener la línea el lunes 21 todo el día y el viernes 25 por la tarde.