pamplona. La decisión, anunciada la semana pasada por Repsol, fue confirmada ayer por Andigas, la Asociación Nacional de Distribuidores de Gas, en la que se integra Petronavarra. Esta empresa sirve, junto a Repsol, a los aproximadamente 35.000 clientes que siguen usando gas butano en Navarra, según explicó Juan Antonio Elizalde, gerente de Petronavarra, quien explica que las empresas distribuidoras trabajan a comisión, "una comisión que no se ha incrementado" mientras que los costes fijos, personal y combustible, han aumentado de modo notable en los últimos años. "Ahora que el barril de petróleo está a 130 euros estamos cobrando la bombona de butano a 14 euros, el mismo precio que cuanto el barril estaba a 50".
Desde Andigas explican que el Ministerio de Industria "no ha actualizado los costes de comercialización del reparto a pesar de contar con informes de la Comisión Nacional de la Energía" que le instan a hacerlo. La falta de rentabilidad económica es precisamente el motivo alegado por Repsol Butano para congelar el esquema retributivo que está asfixiando a las distribuidoras. Sus representantes dijeron haber perdido unos 400 millones de euros en los últimos 10 años, una situación que contrasta con la marcha de todo el negocio de la multinacional. Sólo en el último año, Repsol ganó 4.693 millones, tres veces más que el año anterior.
Juan Antonio Elizalde explica que, en España, el precio de la bombona de butano (14 euros) se encuentra muy por debajo del fijado en otros países vecinos: "En Portugal tiene un IVA algo más alto, pero está a 22 euros. Y en Francia cuesta unos 27 euros". Elizalde reconoce que la disminución de los ingresos tiene que ver también con la disminución de las ventas como consecuencia de la extensión del gas natural, pero recalca que no es la primera vez que las empresas intentan que se aumente el precio. "Llevamos varios años intentándolo", dice.
Los distribuidores son conscientes de que el butano se mantiene como fuente de gas sobre todo entre las rentas más bajas, si bien "muchos hogares" lo tienen también como complemento. En cualquier caso, advirtieron de que, "de persistir estas circunstancias, en plena crisis económica y con una vertiginosa subida del gasóleo, muchas pequeñas empresas de distribución tendrán que colgar el cartel de cierre, con la consiguiente pérdida de empleo".
Los distribuidores quisieron dejar claro que su decisión no generará desabastecimiento, pero no renuncian, si no se modifican las condiciones, a convocar nuevos paros "más prolongados o en fechas de mayor demanda". "Nuestra intención es no perjudicar en ningún caso a nuestros clientes, que tendrán a disposición los puntos de venta", recordaron. Por ello, solicitan al Ministerio de Industria que "regule el sector con la diligencia que corresponde" para garantizar la supervivencia del servicio".