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Admitida la querella de los exempleados de Inasa contra Baikap

La juez de instrucción número 3 de Pamplona quiere investigar si hay un delito de estafa - 120 extrabajadores demandan al director general de la planta de Irurtzun y a 3 directivos de Baikap

Admitida la querella de los exempleados de Inasa contra BaikapIñaki Porto

pamplona - La juez de instrucción número 3 de Pamplona admitió el pasado miércoles 21 a trámite la querella presentada por 120 extrabajadores de Inasa en Irurtzun, la antigua Reynolds, contra el director general de la factoría, Santiago González, y contra los miembros del consejo de administración del fondo de capital riesgo Baikap: su presidente, el alemán Harald Ender; su consejero delegado, el noruego Hans Magnus Andresen y su vocal, el alemán Wolfgang Lichtenwalder.

La juez quiere investigar si se ha producido un delito de estafa, aunque la querella estaba fundamentada en otros dos más: falseamiento de cuentas e insolvencia punible (disponer de liquidez pero no haber hecho frente a los pagos). Ahora se abre este proceso que se desconoce cuánto se puede alargar, pero de él se podrá "determinar la realidad y responsabilidad de los supuestos delitos y sus autores, o en su caso, la desestimación de la demanda", recalcaron en una nota de prensa los querellantes.

Hace dos meses, 120 exempleados de Inasa, factoría especializada en la transformación de aluminio, decidieron presentar esta demanda para evitar que las cuatro personas citadas "no obtengan ningún beneficio adicional después de lo que hicieron en la planta de Irurtzun y se determine cuáles son sus responsabilidades". La demanda, que incluía los tres delitos mencionados, podía suponer para los querellados penas de inhabilitación para la administración de sociedades, responsabilidad civil subsidiaria o incluso cárcel de hasta seis años.

Inasa Foil fue comprada por el fondo de capital riesgo alemán Baikap por solo 50.000 euros el 31 de diciembre de 2009. Tres años más tarde, el 19 de junio de 2012, la empresa anunciaba el cierre "irreversible" de la factoría y el despido de sus 168 trabajadores por la concurrencia de una serie de causas. La dirección ejecutó las extinciones, declaró concurso de acreedores voluntario el 5 de noviembre de 2012 con 39 millones de activos, 13 millones de pasivo y más de 4.000 toneladas de aluminio (valorados en cinco millones) y subastó la maquinaria, a pesar de que hubo algún inversor interesado en la factoría a mediados del año pasado.

"Lo ocurrido en Inasa nada tuvo que ver con las acciones que adoptamos para defender nuestros derechos laborales, sino que fue el resultado de los intereses especulativos de un grupo de capital riesgo, que no tuvo reparo en utilizar todo tipo de artimañas para conseguir unos beneficios inmerecidos, ajenos a la normalidad del terreno empresarial e industrial donde convivimos durante casi 60 años", explicaron los exempleados.

calificación del concurso Además, los extrabajadores de Inasa prevén que la próxima semana se pueda conocer qué calificación va a determinar el Juzgado de lo Mercantil sobre el concurso de acreedores de Inasa: si lo considerará fortuito o culpable, último término que acarrearía responsabilidades a los dirigentes de la empresa. Los exempleados de la factoría presentaron sus alegaciones para que este concurso se considere "culpable", fundamental también para la querella criminal admitida.

Por su parte, los extrabajadores de la antigua Reynolds continúan luchando por conservar el Plan de Previsión Social que disponían en Inasa, consistente en un complemento para sus pensiones, del que dependen actualmente más de 600 personas, entre jubilados y viudas. "Seguimos defendiendo que nos devuelvan y reconozcan las prestaciones que por derecho nos corresponden derivadas de la aplicación de este plan", remarcó el colectivo afectado mediante una nota de prensa.

El Plan de Previsión Social. Unas 600 personas dependen de este plan, que consiste en un complemento a la pensión a la que tenían derecho los trabajadores de Inasa tras su jubilación. Este plan también afecta a las viudas de empleados ya fallecidos. Su mantenimiento se encuentra en el aire por el momento.

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La factoría de Inasa desarrolló su actividad durante casi seis décadas y llegó a emplear a casi mil personas en su época de oro. Cuando decidió extinguir la actividad de producción, la empresa sumaba cerca de 170 empleados en 2012.