La plantilla de ICF-Faurecia anuncia movilizaciones para evitar el cierre
El comité convoca huelga el viernes 13, coincidiendo con el inicio de las negociaciones y no quiere hablar de recolocaciones
pamplona - Aún consternados tras el shock del primer día, los 190 trabajadores de ICF-Faurecia de Burlada comienzan a organizarse. La plantilla de la fábrica de componentes de automoción acordó ayer convocar huelga el próximo viernes, coincidiendo con la primera reunión negociadora con la empresa, a la que acudirán con un único objetivo tras el anuncio de cierre: revertir la decisión de la multinacional y mantener los puestos de trabajo en una planta con 40 años de historia que “ha dado beneficios durante 37”.
“Tenemos que pelear a fondo para defender el empleo”, resumía Isidro Dávila, un trabajador de logística con 26 años de antigüedad en la empresa. Sus palabras resumían el estado de ánimo de una plantilla que no contaba con una decisión así. Que había capeado el descenso de producción vivido desde 2012 mediante un ERE temporal y en la que unos y otros se arropaban ayer tras la asamblea, entre frío y caras tristes. “Os diría algo, pero me entran ganas de llorar”, resumía uno de los primeros trabajadores en salir de la asamblea. “Es una vergüenza, porque esta empresa ha sido la gallina de los huevos de oro”, apenas acertaba a decir.
Otros, más serenos, reconocían su sorpresa por una decisión que no esperaban, aunque sospecharan de la trayectoria de una empresa que, como recordaba Javier Fabo, miembro del comité de empresa por LAB, hace solo diez años contaba con 330 empleados. “Veíamos que nos habían quitado proyectos, pero no lo esperábamos”, explicaba Idoia Arteaga, que lleva trabajando ya 15 años en la empresa. “La han dejado que se descapitalizara poco a poco”, añadía Isidro Dávila.
“Por término medio la gente lleva unos 20 años en la fábrica”, resumía ayer Alfredo Sanz (CCOO), presidente del comité de empresa de la fábrica y quien reclamaba un plan de viabilidad a la multinacional. Hablaba después de una asamblea celebrada en las instalaciones de la fábrica aprovechando la última media hora del turno de mañana y la primera del de tarde. Al terminar, los trabajadores salieron a la puerta de entrada de la empresa, entre gritos de ICF no se cierra, y ocuparon una de las rotondas del polígono Mugazuri de Burlada.
“No queremos hablar de recolocaciones para un 20%, sino de mantener el empleo en Burlada”, explicaba Alfredo Sanz, quien respondía así a las declaraciones de la consejera Lourdes Goicoechea, quien ya daba por hecho el cierre. “Le hemos trasladado a la empresa -dijo la consejera en Tudela- que intente la mayor recolocación posible del personal de la planta de Burlada en otras plantas y parece que la disposición es bastante positiva”. Además de Burlada, donde la propiedad se encuentra compartida con el grupo estadounidense Lear, Faurecia cuenta con una planta en Orkoien, otra en el polígono de Agustinos (Tecnoconfort), otra en Tudela y otra en Tarazona (Zaragoza).
Para tratar de presionar a la empresa en este sentido, el comité ha convocado un paro para el viernes, cuando se celebrará la primera reunión. “El objetivo es que la gente se concentre debajo de las oficinas donde vamos a reunirnos”, explicaba Javier Fabo quien recordaba los pasos dados en los últimos años para adaptarse a un descenso en la producción. “Se han ido dando los pasos lógicos en estos casos. Cuando no hubo trabajo se dejó de renovar a los eventuales porque no había otro remedio. Se eliminó el turno de noche, se internalizaron trabajos que antes se desarrollaban fuera...”.
“Se ríen de nosotros”, explicaba Alfredo Sanz, quien recordaba que el grupo “tiene trabajo de sobra”, para traer a la fábrica, que ya antes de la crisis vio cómo se perdía una de las piezas más interesantes, recordaba Koldo Erbiti, de ELA. “Deberían presentarnos un plan de viabilidad -insistía Sanz- y nosotros estamos dispuestos a hablar de lo que sea”. Un declaración de intenciones a una multinacional que, explicaba Isidro Dávila, “juega con el pan de 190 familias”.
apuntes
Pérdida de contratos. Es el principal argumento dado por la multinacional para justificar el cierre. Vollkswagen y General Motors habrían optado por otros proveedores para sus piezas. Desde el comité también se apunta al traslado de producción a Polonia, donde el coste de la mano de obra es inferior.
Correderas de asientos. ICF (Industrias Cousin Freres) se dedica a la fabricación de la corredera o guía sobre la que se desliza el asiento.
Beneficios continuos. La fábrica de Burlada ha ofrecido beneficios durante prácticamente toda su historia, si bien estos habían desaparecido desde 2012.
la cifra
36
La fábrica tiene su origen en 1974 en Asientos Esteban, cuando un grupo de trabajos pasó a fabricar las guías de los asientos. Pero no es hasta 1979, hace 36 años, cuando la empresa se ubica en Burlada.
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