Con seguridad esta es la pregunta que se hacen ahora muchos pequeños ahorradores, descorazonados con el 0,50% que les da su banco por un plazo fijo a un año. Pero si quieren saber de personas descorazonadas pregúntenles a los que se animaron a comprar acciones a lo largo de 2015.

En las últimas semanas hemos visto cómo todos los bancos aceleraban su caída, alcanzando valoraciones que se nos antojaban impensables años o meses atrás. Valores como Santander cotizando a 3,30 euros cuando muchos pensaríamos hace años que si bajaba a 4,50 lo compraríamos “a ojos cerrados”. ArcelorMittal, un valor que se recomienda comprar desde que cotizaba a 14 euros y ahora su acción está entorno a 2,60. O las históricas Fomento de Construcciones y Contratas y Sacyr, con sus cotizaciones cada año más hundidas.

En este artículo muchos estarían esperando recomendaciones concretas de determinados valores que puedan subir en próximos meses o años, porque pocos analistas recomiendan paciencia y espera. Pero cuando la Bolsa hace mínimos cada vez más bajos debemos tener clara cuál es su dirección.

Me gusta comparar la Bolsa con el concepto de “nadar a favor de la corriente”: si usted nada a favor de la corriente, no sólo no encontrará resistencia, sino que contará con ayuda para avanzar con poco esfuerzo. Pues esto es lo que le ocurre ahora a la Bolsa pero hacia abajo. La fuerza de la corriente la empuja hacia abajo, y aunque suceden parones o rebotes de vez en cuando, cada vez las cotizaciones profundizan en las caídas.

Al igual que ustedes pienso que Santander a 3,30 euros está muy bajo de cotización, pero ¿no pensaban lo mismo cuando cotizaba a 4,00? Tratar de adivinar cuándo va a cambiar de dirección es un imposible. Quizás ocurra este mismo mes de febrero o dentro de 12 meses. Les aconsejo que no lo intenten salvo que tengan poderes adivinatorios.

Contra toda creencia, los pequeños ahorradores no debemos comprar cuando hay pánico, y vender cuando hay euforia. Esta frase es aplicable a los grandes fondos de inversión, que por la necesidad de adquirir cientos de millones de acciones necesitan que muchos otros vendan con el pánico. Los pequeños ahorradores debemos comprar una vez superados los periodos de pánico, cuando se opine que “quizás” estos hayan quedado atrás, sin ser algo seguro, y cuando veamos que la Bolsa poco a poco sube cada vez más. Es decir, los máximos van siendo rebasados por otros mayores ¿Por qué? Porque seguirá subiendo con mayor o menor velocidad. Porque la fuerza de la corriente arrastra en esa dirección las valoraciones y le ayuda.

En la actualidad, y desde hace tiempo, las Bolsas son bajistas; es decir, por barato que esté hoy un valor del Ibex, lo más probable es que dentro de unos días, semanas o meses, todavía lo esté más. Y por supuesto habrá un día en el que todo esto cambie, y cuando usted consulte las cotizaciones verá que cada vez que suben llegan más alto. Si usted compra acciones en ese momento lo hará bastante lejos del mínimo, pero lo probable es que tenga la corriente a favor, y ésta arrastre poco a poco sus acciones hacia arriba.

Aunque mi operativa se centra en las divisas y los índices, y además se trata de operaciones muy rápidas (unas pocas horas o días) todos nosotros podemos aplicarnos los mismos consejos:

En primer lugar formarnos en mayor o menor medida. Si usted no está interesado en formarse, o simplemente no tiene tiempo, busque un buen asesor. Pero “que sepa realmente”, y no sólo que “parezca que sabe”. No busque a alguien que le escuche y que le de conversación gratis, sino alguien serio y disciplinado que demuestre conocimientos profundos en los mercados financieros.

En segundo lugar, antes de comprar unas acciones, piense y tenga claro cuánto dinero está dispuesto a perder. Y tras adquirirlas, si le va mal, no pierda ni un euro más y véndalas. Asuma con humildad que esa inversión no ha salido como esperaba. Yo sólo acierto un poco más de la mitad de las operaciones que hago, pero de cada euro que pierdo cuando me salen mal, gano 4, 5 ó 6 euros cuando me salen bien. Cuando me equivoco no pierdo ni un céntimo más de lo que determiné cuando las adquirí. (*) Autor del libro www.asimehicetrader.com