“Está todo controlado”, escuchó Miguel Zabalza Compains, gerente de Resitex, tras contestar la llamada del móvil en la mañana del sábado 29 de abril de 2017, después de que un falso contacto en un cuadro eléctrico provocara un incendio y arrasara de madrugada las instalaciones de su empresa, en el polígono Comarca II, calle A, nº 44, en Esquíroz. Esas palabras sobre la reunión con los clientes para planificar las entregas tranquilizaron a Miguel. “En ese momento, el incendio ya era pasado para mí y comenzaba con ilusión el renacimiento de la empresa”, recuerda Zabalza desde su nuevo despacho en las naves de la calle F del mismo polígono.

Resitex, dedicada a la fabricación y transformación de poliéster para el sector eólico, construcción, industria y carrocería, suma casi tres décadas de actividad. Pero, el incendio originado en la noche del viernes 28 de abril truncó los proyectos planificados hasta ese momento. Ese día Miguel Zabalza y el resto de la plantilla, compuesta por 34 trabajadores, iniciaba un fin de semana largo porque el lunes se festejaba el 1º de Mayo. Siete horas después de que la fábrica cerrara, el falso contacto eléctrico ocasionó el fuego en la nave de producción y las llamas generaron temperaturas muy elevadas, que facilitaron el hundimiento de las paredes y el techo de la fábrica, ya que las estructuras metálicas no soportaron el elevado calor. El almacén no colapsó por completo, pero también quedó inutilizable. “Cuando me llamaron aquella noche, me encontraba fuera de Pamplona con mi hermano José Mari y mis amigos para disfrutar del puente; y para las cuatro de la mañana ya habíamos regresado”, cuenta Miguel mientras observa desde su oficina la nave reconstruida en el último año. Cuando rememora aquellas primeras horas subraya cada detalle como si estuviera viviendo otra vez ese instante. “En situaciones límite, solo se puede escoger entre abandonar o luchar, y a nosotros nunca se nos pasó por la cabeza cerrar. Debíamos pelear por el trabajo de toda una vida y por la plantilla, a la que considero una gran familia”, manifiesta Miguel Zabalza propietario de la empresa junto a su hermano José Mari.

Aquella mañana del 29 de abril se acercaron hasta la nave siniestrada, que ocupa 2.400 m2 en una parcela de 4.500, los trabajadores y trabajadoras de la empresa, proveedores, clientes, representantes institucionales y empresarios con instalaciones en el polígono. “Los clientes ofrecieron todo su apoyo, los proveedores nos planteaban facilidades para continuar con la producción, el Ayuntamiento de la Cendea de Galar y el Gobierno de Navarra se interesaron por la situación y nos preguntaron en qué nos podían ayudar, e incluso, una persona anónima nos llamó para ofrecer una nave gratuita. En apenas unas horas recibimos tal muestra de solidaridad que nos empujó para continuar”, cuenta agradecido.

ampliación de la producción El incendio ocurrió ocho meses después de que Resitex comenzara su proyecto de ampliación con la construcción de naves en la calle F, nº 2 del polígono, en donde se encuentra ahora su oficina. En esa parcela de 7.000 m2 se diseñó la edificación de tres naves, con una superficie de unos 3.000 m2 para producción, mecanizado y terminación. Inicialmente este espacio se había planificado exclusivamente para la fabricación sin oficinas ni almacén. Después de comenzar las obras en septiembre, en el momento del incendio se había construido la primera de esas tres naves.

“Aquel sábado 29 de abril el equipo de arquitectos, constructores y gremios se reunieron para organizarse y poder acelerar la edificación de las otras dos naves”, remarca nuevamente agradecido. “Por la tarde, empezamos a acondicionar la nave recién construida, aunque tuvimos que saltarnos todos los protocolos para reanudar la producción. Nos organizamos y varias semanas estuvimos trabajando las 24 horas; incluso, utilizamos la campa porque la climatología nos respetó”, narra. Ese sábado comenzó “la nueva era Resitex”, el año I tras las llamas.

tres frentes abiertos La empresa de poliéster se enfrentaba a tres retos que debía compaginar: continuar con la producción, modificar el proyecto de ampliación de sus instalaciones con la incorporación de oficinas y almacén y la reconstrucción de la fábrica quemada. “Tanto el Ayuntamiento de la Cendea de Galar como el Gobierno de Navarra nos facilitaron todos los trámites”, reconoce.

El gerente de Resitex califica de “vertiginoso e ilusionante” el último año. “Durante muchos días, comenzaba por la mañana ayudando a la plantilla, después contactaba con el personal de la obra y los gremios para coordinar y para cuando empezaba a atender mis obligaciones en la oficina el reloj ya marcaba las siete de la tarde, y prolongaba la jornada hasta las nueve o diez de la noche”, relata Miguel, quien apunta que durante varios meses su despacho se ubicó en una caseta de obra. Fue a principios de agosto cuando estrenó su nueva oficina en las instalaciones de la calle F, a escasos metros de la nave siniestrada. “El incendio quemó toda la historia de Resitex archivada en documentos en mi anterior oficina. Lamenté la pérdida de ese material, pero te acostumbras a vivir sin eso, porque aprendes que todo es importante pero no imprescindible”, confiesa.

Por ese motivo, Miguel Zabalza y su plantilla decidieron mirar hacia adelante y doce meses después la empresa dispone de Resitex 1, la nave de 2.400 m2 destruida por el fuego y ahora reconstruida y preparada para la producción de piezas medianas y pequeñas; y Resitex 2, el proyecto de ampliación iniciado en otoño de 2016 para las nuevas instalaciones de 3.000 m2 que acogerán la fabricación de piezas de gran tamaño, las oficinas y un almacén independiente a la nave principal. “En el último año hemos mantenido nuestra cartera de clientes, con gran peso del sector de energías renovables; e incluso la hemos ampliado, porque no hemos querido desaprovechar ninguna oportunidad”, aclara.

El aumento de la demanda por la recuperación económica y la incorporación de nuevos clientes ha favorecido el incremento de la plantilla en diez personas, al pasar de los 34 el año pasado a los 44 actuales. “El 40% desarrolla su actividad en Resitex 1 y el 60%, en Resitex 2”, calcula Zabalza.

fobia post incendio El gerente de Resitex reitera que “el apoyo de la familia, plantilla, clientes, instituciones, proveedores y entidades bancarias ha sido clave para seguir con la empresa”. Admite que esta experiencia le ha servido para averiguar la capacidad de resistencia de una persona ante situaciones complejas. Sin embargo, reconoce que desde el incendio siente fobia por la electricidad tanto en las instalaciones de la empresa como en su vivienda. “He colocado un sistema en el que todos los cuadros eléctricos se quedan sin energía en el momento en que la empresa se desocupa para evitar cualquier peligro”, cuenta.

A partir de las seis de la tarde de hoy, Resitex, que ha resurgido de las cenizas, acogerá un acto para celebrar su nueva etapa, acompañada de un cambio de imagen corporativa. El personal invitado celebrará este renacimiento y conocerá la historia de esta compañía que en 2019 cumplirá 30 años. “He sacado fuerzas gracias a todas las personas que, sin pedir nada a cambio, han ofrecido una ayuda sincera e incondicional. Ahora, con más tranquilidad, echo la vista atrás para repasar estos doce meses, y me da vértigo”, concluye Miguel Zabalza.

18-4-2017. Antes del siniestro, Resitex había iniciado la construcción de nuevas instalaciones para ampliar producción. El 18 de abril del año pasado solo se había edificado una de las tres naves.

31-5-2017. Estaban levantadas las tres naves.

miguel zabalza, gerente de Resitex, agradece la solidaridad de todas las personas para evitar el cierre. “Doce horas después del incendio, empezamos a planificar”.

28-4-2017. La nave de 2.400 metros cuadrados se incendió tras producirse un falso contacto. en un cuadro eléctrico.

11-5-2018. Un año después, la nave reconstruida acoge hoy la inauguración de las instalaciones de la renacida Resitex.