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“Una de las cooperativas que está creciendo es Mapsa y seguirá incrementando capacidad en Orkoien”

“Una de las cooperativas que está creciendo es Mapsa y seguirá incrementando capacidad en Orkoien”JAVI COLMENERO

ARRASATE. La polémica sobre el diésel afecta directamente a Mondragon, donde un tercio de los 39.000 empleados de su división industrial trabaja en el sector de componentes de automoción. De esta cuestión y de aspectos relacionados con la actualidad cooperativa específicamente y de la economía en general aporta su visión el presidente de la Corporación cooperativa con sede en la localidad guipuzcoana de Arrasate, Iñigo Ucín.

¿Hasta qué punto afecta la reciente polémica sobre los motores diésel al sector de componentes del grupo?

Hemos tenido una afectación, de momento no muy importante. Creo que esto es una turbulencia que yo espero que vuelva a la normalidad, pero lo que no entiendo es cómo gente con responsabilidades muy importantes es capaz de decir las cosas que se han dicho sobre el diésel, cuando los expertos dicen que el motor diésel desde el punto de vista del CO2 emite bastante menos que un coche de gasolina, y cuando el tema del nitrógeno está resuelto y las emisiones también son menores. No sé cómo se puede decir lo que se ha dicho cuando ni el coche eléctrico ni sus infraestructuras ni están ni van a estar en mucho tiempo. El coche eléctrico para hacer ciertos recorridos está bien, pero no soluciona las necesidades de transporte que hay hoy en día. Y no sé cómo alguien es capaz de extrapolar, visto lo que ha pasado en los últimos 30 años, que en 2050 no va a haber ningún coche con motor de explosión. Yo creo que eso es tan probable como que haya coches que vuelen. ¡En 30 años qué no va a pasar!

¿Cree que se ha actuado con cierta irresponsabilidad?

No tiene ningún sentido jugar así, sobre todo en Euskadi, donde mucha gente depende del motor de explosión y especialmente del diésel. Deberían hablar de lo que polucionan los motores en uso actuales, sobre todo los coches que tienen más de 20 años con motores diésel muy viejos. Hay que incentivar que esos coches desaparezcan y además vendría bien para la actividad económica en general. De todos modos, repito que creo que esto es algo coyuntural, que vendrá a corregirse. Otro tema es el futuro, que será fundamentalmente eléctrico.

¿Cómo evolucionará este sector a medio y largo plazo?

Hay otras tecnologías que pueden ir evolucionando. Los motores de explosión van reduciendo el consumo e incrementando la potencia de los motores. ¿Los carburantes no se pueden mejorar? La electricidad que se produce todavía lo hace quemando mucho carbón. El motor eléctrico, si estuviese sustituido completamente, tiene la ventaja de que en la ciudad no habría contaminación, pero el planeta seguiría calentándose igual salvo que se solucione el problema de producción eléctrica.

¿Podremos recuperar la certidumbre?

No tengo duda si se hace una campaña adecuada y objetiva. Centros especializados de la máxima credibilidad deberían analizar y demostrar qué es lo que poluciona y cómo poluciona todo el ciclo de un coche. Estoy convencido de que concluirían que ni el motor de gasolina ni el motor diésel deben desaparecer en unos cuantos largos años porque se necesita ese tipo de vehículo. Es importante transmitir credibilidad y tranquilidad a los que van a decidir la compra de un coche.

¿Cuál es su valoración de la sentencia en el juicio por las aportaciones de la cooperativa Fagor Electrodomésticos?

El juicio fue muy bien, porque quedó claro que el conjunto de cooperativas que forman Mondragon no hizo más que ayudar, incluso por encima de las normas, aprobando medidas excepcionales como el Fondo de Reestructuración y Empleo Societario (FRES) a Fagor Electrodomésticos. Quedó demostrado que no ha habido ningún engaño, aunque es una pena que la jueza no se pronunciara sobre el caso en sí y declarara la prescripción. Personalmente, me habría gustado que hubiese sido de otra manera. Ahora el tema está en la Audiencia Provincial y confiamos en que la sentencia sea favorable.

¿En qué consiste el preacuerdo alcanzado con la empresa polaca Amica para otorgarle la licencia de uso de la marca Fagor?

Se ha firmado una cláusula de confidencialidad, por lo que no puedo avanzar nada, quedan flecos por cerrar. La buena noticia es que la marca Fagor seguirá en electrodomésticos, y la mala es que no se generarán puestos industriales aquí. No ha habido tal posibilidad dados los altos costes de fabricación en la zona. Es una pena, pero la producción de este tipo de productos están en países de bajo coste, lo que también ha quedado evidente tras el segundo intento que hubo por parte de CNA.

¿En qué medida pueden afectar a la reputación de la marca los problemas que ha tenido Fagor Electrodomésticos en estos últimos cinco años?

Según nos transmiten los expertos, la marca Fagor en electrodomésticos mantiene una buena reputación, y es la razón por la que Amica se ha interesado por ella.

¿Qué destino tendrán los activos de Fagor Electrodomésticos?

Está en estudio. Hay cuestiones pendientes con CNA, que aún ocupa el pabellón de Garagartza. Los activos situados en la zona de San Andrés ya están siendo utilizados, aunque con poca intensidad por el momento.

¿Estas instalaciones podrían dar lugar a la reubicación de algunas cooperativas o al asentamiento de una nueva?

Sería fabuloso hacer ampliaciones de cooperativas o alojar una nueva, pero esta última posibilidad no se visualiza en el corto plazo.

¿Se prevén incorporaciones de nuevas cooperativas a la Corporación?

Incorporar cooperativas externas requiere dos cosas. Una, que tenga voluntad de estar en la Corporación, lo cual significa tener que admitir una serie de compromisos y una serie de reglas. La segunda es que la cooperativa tenga encaje en alguna de las divisiones de Mondragon. Ya tenemos un proyecto que se encuentra en estudio.

¿Por qué no se están creando durante estos años cooperativas industriales?

Generar puestos de trabajo en el sector industrial no es fácil, porque cada vez más se requiere un volumen de inversión mayor. Además, estamos lejos de aquella época en la que personas con iniciativa y con talento generaban una actividad y tenían el mercado nacional protegido. En la actualidad se compite a nivel global, y eso no tiene nada de fácil, especialmente partiendo de nuevas actividades y de los altos costes del entorno.

¿Cómo está el emprendizaje dentro del movimiento cooperativo?

Los más de 9.000 empleos que llevamos creados en estos cinco años en el área industrial no son casualidad, hay un intraemprendimiento potente en nuestras cooperativas.

¿El grupo Mondragon se plantea incorporar nuevos sectores a su actividad?

Trabajamos en ello, pero sacar un nuevo producto tiene dos barreras que no son fáciles de superar. Quizá la más fácil de superar es la tecnológica, pero luego llega la barrera del mercado. Un ejemplo claro está en el sector de la salud, donde aún teniendo el producto es muy difícil lograr la capacidad de vender si no la tienes de inicio. No obstante, ya estamos estudiando algunas posibilidades y seguiremos apostando por la salud, porque creemos que va a ofrecer muchas oportunidades. En otros sectores también tenemos presencia como en las tecnologías de la información, el control de flotas, las soluciones híbridas en vehículos pesados y la fabricación aditiva.

¿Ha habido problemas en alguna cooperativa por falta de talento?

Algunas de nuestras cooperativas que han tenido un crecimiento espectacular han padecido los problemas lógicos a la hora de reclutar a personas de un determinado perfil profesional.

¿Cómo atraer talento?

Una forma que tenemos de atraer talento es la oferta de nuestro propio modelo cooperativo. Las cooperativas de Mondragon tienen atractivo y, por otro lado, también trabajamos con Mondragon Unibertsitatea en cursos y másters duales muy enfocados a las necesidades de las empresas. Por otro lado, tratamos de ser atractivos para la cantera, para que los jóvenes enfoquen sus estudios hacia aquello que la industria demanda. Pero además, me temo que no nos quedará otro remedio que buscar gente en otros sitios.

La financiación y los recursos propios son cuestiones a las que Mondragon otorga mucha atención.

Las cooperativas tienen una especificidad que es que su capital es variable. Una sociedad anónima tiene acciones que las tendrá, pero el capital de esa empresa sigue siendo el mismo. En las cooperativas, una persona cuando es admitida como socia pone la aportación inicial y eso va a lo que popularmente llamamos la cartilla. Cuando esa persona se va, se lleva ese dinero. En función de esos flujos y de que normalmente los que entran ponen menos dinero que lo que sacan los que salen, puede haber turbulencias. Otra especificidad a la hora de conseguir financiación es que, si se pone dinero en una sociedad de capital, se decide en función del porcentaje de capital. En una cooperativa, en cambio, la capacidad de decisión corresponde a una persona, un voto.

¿Cómo afrontar estas dificultades?

Si queremos tener negocios sostenibles, capaces de soportar situaciones económicas adversas, negocios que se desenvuelven con facilidad haciendo apuestas importantes en inversiones, se necesita músculo financiero. Se puede conseguir más dinero si tienes dinero, pero si no lo tienes no se consigue. Por eso, el congreso de este año aprobó el reforzamiento de los recursos propios y de distribución de resultados de las cooperativas, con lo que queremos negocios más resilientes. También en lo que se refiere a los recursos ajenos, buscando financiación a largo plazo porque las cosas cambian y cuando el grifo de los bancos está cerrado ya es tarde. En este sentido, hemos apostado por la diversificación financiera, por ejemplo con la emisión de pagarés, una figura financiera que se emplea mucho en países anglosajones, para evitar tanta dependencia de los bancos.

Mondragon también ha obtenido recursos del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Con el BEI llevamos tiempo trabajando y hemos logrado más de 100 millones de euros entre diferentes cooperativas. También se ha creado con el Instituto de Crédito Oficial (ICO) otro fondo para startups. Además tenemos un fondo para operaciones de pymes y estamos ultimando ahora con el BEI otro para proyectos de mayores dimensiones. Igualmente contamos con la Fundación Mondragon, más enfocada a temas de solidaridad, de cubrir pérdidas de las empresas, de formación y de planes de viabilidad. Por otra parte está Mondragon Inversiones, que es una entidad de capital riesgo donde las cooperativas presentan sus proyectos de inversión. En general, nos estamos dotando bastante bien de instrumentos y herramientas de financiación de cara al futuro.

¿En qué situación se encuentra la refinanciación de Eroski?

Eroski ha cumplido todos los compromisos que tenía y más, ha devuelto una cantidad ingente de dinero, más de 1.600 millones de euros si no me equivoco. La negociación está abierta en este momento.

¿Qué proyectos se prevén para Navarra?

Una cooperativa que está creciendo es Mapsa, que seguirá incrementando capacidad en su actual ubicación. Este año ha sido el de los valores cooperativos con la presentación de la ley vasca de cooperativas y la aprobación del modelo de participación en las empresas por parte del Parlamento vasco. Me alegra ver que empresas no cooperativas o asociaciones de empresas no cooperativas han asumido ciertos valores cooperativos. Pienso que una cooperativa con valores cooperativos es una empresa no solo mejor, sino también más competitiva que una no cooperativa. Del mismo modo, una cooperativa sin valores cooperativos, es menos competitiva que una no cooperativa. En los valores cooperativos hay algo que es mejor para la persona y también para el negocio.