pamplona - El ambiente electoral estuvo presente en el 1 de Mayo. El coordinador de ELA en Navarra, Imanol Pascual, pidió que se reedite el Gobierno del cambio y que luche por la “justicia social”, e insistió en que “Navarra Suma es un invento de la derecha para hacer más sencillo al PSN un pacto poselectoral”. Pascual inició su primer discurso como coordinador del tercer sindicato en la Comunidad en el Día del Trabajador cuando el reloj del Ayuntamiento de Pamplona marcaba las 13.15 horas.

“En 2010 UGT nos sacaba diez puntos de representación y ahora prácticamente estamos a dos puntos de ser la primera fuerza en Navarra. Eso solo es posible gracias a vosotros y vosotras: la gente que da la cara por el sindicato”, pronunció Pascual que logró arrancar el aplauso de los afiliados y simpatizantes congregados en la plaza Consistorial un año más.

Entre 1.500 y 2.000 personas vinculadas a ELA se manifestaron en Pamplona con el lema Bizitza da lehena. Nuestras vidas frente al capital desde la plaza de la Cruz hasta la plaza del Ayuntamiento, en la que María Balda, responsable comarcal, primero, e Imanol Pascual, coordinador del sindicato en Navarra, después, intervinieron para pronunciar las reivindicaciones del sindicato. Pascual expuso un balance de la legislatura en Navarra, analizó los resultados de las elecciones generales en España y de las próximas en la Comunidad Foral, defendió la organización de las personas para confrontar contra el capitalismo, mostró las diferencias con sindicatos como UGT y CCOO, alabó el movimiento feminista y defendió el modelo sindical de ELA.

más soberanía Tras las elecciones generales del domingo, Pascual insistió en que “en España manda una idea principal: la unidad va antes que la democracia. Esta España cada vez es más corrupta y violenta”. Ante la cercanía de los comicios autonómicos del 26 de mayo, el coordinador de ELA en la Comunidad remarcó que su sindicato tiene muy claro que “no quiere que vuelvan a gobernar los del corralito foral”. Pascual repitió que rechazan el regreso de “UPN, PSN, Opus, CEN, UGT o CCOO”. Por ello, reiteró que “ELA nunca ha cuestionado la necesidad del cambio y su continuidad, pero sí la profundidad y su alcance”. Una vez se conozcan los resultados del 26 de mayo, ELA descarta que se puedan realizar alianzas con el PSN, ya que “a los partidos políticos siempre hay que medirles por los hechos y no por las palabras, y sobre todo a los socialistas que siempre hacen lo contrario a lo que dicen”. Por es motivo repitió que “la entrada del PSN es incompatible con que el cambio sea más profundo y social”.

Pascual resaltó que la aportación que puede hacer ELA al Gobierno del cambio es la defensa de “la justicia social” y para ello exigió “más soberanía para decidir el futuro”. Por ello, se comprometió a trabajar “desde la base los elementos cotidianos de la soberanía tejiendo alianzas con organizaciones que busquen un mundo mejor, como el Parlamento Social, Goiener, Fiare, Bizi, Attac...”. Además abogó por “organizar a la clase trabajadora para combatir la precariedad por medio de la huelga, para lo que es indispensable la caja de resistencia”. Pascual defe

ndió “firmar buenos convenios sectoriales y de empresa con subidas salariales por encima del IPC, con garantías de que se van a cumplir y con la incorporación de cláusulas para neutralizar las reformas laborales”. Y dejó claras las diferencias de ELA con UGT y CCOO: “Empobrecen a los trabajadores por medio de la negociación colectiva; siguen suplicando y rogando al Gobierno de Navarra que vuelva el diálogo social, es decir, que vuelvan a recibir dinero público; y se sustentan en el clientelismo, ya que varias de las principales empresas de la Comunidad exigen el carné de UGT y CCOO para contratar”.

Pascual calificó a ELA como el sindicato del “contrapoder” por su “autonomía política e independencia económica”, y consideró que se sienten legítimos para ser exigentes con el Gobierno del cambio, porque “ELA ha sufrido el hostigamiento del régimen; porque ha sido uno de los motores para responder a los recortes y a la corrupción con movilizaciones que sacaron al régimen del Palacio de Navarra y porque ha recibido el apoyo de la clase trabajadora”. Tras el 26 de mayo, Pascual reivindicó que Navarra debe ser desobediente con el déficit y la regla de gasto, que la Comunidad no tiene que acabar en superávit si hay emergencia social y que debe abordar “una verdadera” reforma fiscal. Por último, concluyó que la receta contra la “extrema derecha es la identidad colectiva y la solidaridad de clase”.

Asistencia. Entre 1.500 y 2.000 personas acudieron a la cita de ELA el 1 de Mayo en Pamplona.

Pancartas. Varias pancartas se leyeron durante la marcha, como las que calificaban a ELA como un sindicato feminista o las que pedían derechos a las trabajadoras del hogar.

Conflictos laborales. En el discurso Imanol Pascual citó como ejemplo de lucha a las plantillas de Icer Rail, Portland, Defontaine Ibérica o Navarpluma. Todos ellos con sus respectivas pancartas participaron en la manifestación. Los trabajadores de Navarpluma recordaron su huelga que concluyó con un convenio; los de Icer Rail gritaban en el recorrido la necesidad de negociar con la empresa y los de Defontaine Ibérica reclamaban la negociación de un convenio. Representantes de Kayaba exigían “una solución” al cierre de la fábrica; los empleados del comercio reivindicaban la no apertura en domingos y festivos y los de Administración pública manifestaban que “quedaba mucho por hacer”.