Washington - El presidente estadounidense, Donald Trump, recrudeció ayer su guerra comercial con China al subir al 25% los aranceles a importaciones chinas valoradas en 200.000 millones de dólares (unos 180.000 millones de euros), y amenazó con extenderlos al resto de los productos que Estados Unidos compra al gigante asiático.

Ayer entró en vigor el aumento en los aranceles a más de 5.000 productos chinos que Trump había anunciado cinco días antes, y que China no logró impedir durante una negociación a contrarreloj el jueves en Washington.

Hasta ahora, esos productos chinos estaban sometidos a un gravamen menor, del 10%, y el cambio implica que ahora casi la mitad de las importaciones chinas están sujetas a los aranceles del 25%, que ya afectaban desde el año pasado a otros 50.000 millones de dólares (unos 44.600 millones de euros) en bienes del gigante asiático.

China lamentó “profundamente” la decisión de Estados Unidos y anunció que tendrá que adoptar “las contramedidas necesarias”, aunque también mostró su disposición a seguir negociando con Washington, en un comunicado de su Ministerio de Comercio. El texto no daba más detalles, aunque su portavoz, Gao Feng, ya había anunciado el jueves que China tiene “la determinación y la capacidad para defender sus intereses”, y advirtió de que el país tomaría represalias en caso de que la subida de aranceles se concretase. “Un incremento en las fricciones comerciales no beneficia ni a ninguno de los dos países ni al mundo”, recalcó Comercio.

Por su parte, el encargado de comercio exterior de EEUU, Robert Lighthizer, tenía previsto reunirse ayer de nuevo con el jefe negociador de China, el viceprimer ministro Liu He, que el jueves no consiguió cambiar los planes estadounidenses durante una cena de trabajo. El propio Trump aseguraba ayer que no tiene “prisa” para cerrar un acuerdo comercial con China. “Las conversaciones con China continúan de manera muy cordial y no hay absolutamente necesidad de apurarse”, señalaba el mandatario.

La abrupta decisión de Trump de aumentar los gravámenes a China -un plan que tenía sobre la mesa desde el año pasado pero que decidió congelar en diciembre para iniciar una negociación con Pekín- provocó esta semana pérdidas en los mercados bursátiles de todo el mundo.

A finales de abril, muchos observadores pronosticaban una pronta reunión entre Trump y el presidente chino, Xi Jinping, para cerrar un acuerdo comercial después de cinco meses de negociaciones.

Pero esas conversaciones se complicaron el pasado fin de semana, cuando Pekín dijo que no tenía intención de detallar las leyes que planeaba cambiar para implementar el acuerdo comercial, algo que la Casa Blanca consideró inaceptable, según fuentes estadounidenses citadas por el diario The Wall Street Journal.

Ese bache motivó los tuits de Trump el domingo, en los que anunció que la carga arancelaria aumentaría ayer. “Estábamos llegando muy cerca de un acuerdo y entonces empezaron a renegociar el acuerdo. No vamos a aceptar eso”, aseguró Trump en declaraciones a los periodistas el jueves en la Casa Blanca.

“hermosa carta de xi” El mandatario estadounidense matizó que aún veía “posible” alcanzar un acuerdo con China, y reveló que había recibido “una muy hermosa carta del presidente Xi” en la que afirmaba: ‘Trabajemos juntos, hagamos algo’”.

Pero también amenazó con imponer aranceles del 25% a otros 325.000 millones de dólares (unos 290.000 millones de euros) en importaciones de China, lo que, sumado a los 250.000 millones afectados por los gravámenes actuales, cubriría el valor total de los bienes chinos importados anualmente por Estados Unidos.

Productos. Los gravámenes aumentados ayer afectan a productos como cereales, textiles o químicos, y no se aplicaron a aquellos bienes que ya estuvieran en tránsito antes de la medianoche del viernes en Washington, sino solo a aquellos que salieran de China a partir de entonces.

Pretensión de Trump. El presidente de EEUU, Donald Trump, busca forzar cambios estructurales en la economía de Pekín para, entre otras cosas, proteger la propiedad intelectual de las empresas estadounidenses.