pamplona - Imanol Salinas Ijurco, de 38 años, desarrolla su labor en LAB en sectores “precarizados, como hostelería, comercio y limpieza”. Este burladés, residente en Alsasua con su pareja, su hijo de cuatro años y su hija de dos, confiesa que “tiene conciencia obrera” y que el sindicato “es imprescindible para defender los derechos laborales ante la dejación de funciones de Inspección de Trabajo, Policía y juzgados”. Considera que esta sentencia es una “persecución a los responsables de LAB” y un ataque “a la acción sindical”.

¿Cree que quedan acreditados los hechos por los que le condenan?

-Durante el juicio, presentamos un vídeo en el que se desmontaba todo aquello de lo que se me acusa. Pero el juez no lo pudo visualizar porque se extravió en el juzgado.

¿Incluyeron el vídeo en el recurso?

-Sí, pero no lo han admitido.

En el juicio reconoció ser el responsable de esa acción sindical.

-Sí, pero no impedíamos el acceso o salida del establecimiento, durante la concentración había clientes que entraban al restaurante y otros que salían a fumar. Accedí con el megáfono como en cualquier conflicto laboral para denunciar las condiciones de la plantilla, pero sin empujones y si careo con la empresa. Comprendo que esta situación incomode a los clientes, a quienes nos dirigimos para que dejaran de consumir en señal de protesta por cómo actuó la dirección. Tras la sentencia he hablado con sindicatos y jefes de personal y no comprenden esta condena.

El testimonio de la Policía Foral ha sido importante para la sentencia.

-La Policía Foral dijo que hubo violencia, aunque no estuvo cuando accedimos al interior del local, y que la gente estaba coaccionada, pero mi abogada solicitó que trajeran testigos que probaran ese testimonio.

El juez le condena ingresar en la cárcel por reincidir.

-La crisis me ha pillado de golpe. En 2013 me penaron con 18 meses por los hechos del 29 de marzo de 2012 en el Chez Belagua. Cuando ocurrió el conflicto laboral de La Sangiovesa me quedaban unas semanas para que expiraran esos antecedentes.

¿Cree factible la entrada en prisión?

-Sí. Como militante sabes que te puede suceder por los conflictos sociales que afrontas, pero como padre resulta muy duro por lo que supondrá a mi hijo e hija, que no tienen culpa. La separación será complicada.

¿Tiene miedo?

-No, pero sí preocupación por cómo afectará a mi familia el ingreso en prisión. Este año me he reducido la jornada laboral para cuidar a los críos.

Además está a la espera de otro juicio por Huerta de Peralta.

-Me pedían una multa, pero tras la sentencia de La Sangiovesa, cambiaron y ahora me solicitan prisión.