“No estamos obligados a negociar”. En esa frase se resume la posición de la multinacional de cosméticos de lujo Sephora, cuyas trabajadoras en Navarra están en huelga desde principios de febrero. El objetivo de la plantilla es conseguir un convenio de empresa que mejore las condiciones del convenio estatal de droguerías firmado por UGT y CCOO. Como bien nos recuerda una de las huelguistas: “Vendemos cremas de mil euros por salarios de 900 euros”. Se trata de unos salarios indignantes cuando hablamos de una empresa que en 2017 obtuvo una facturación de 140 millones de euros y cuando sus directivos ganan más de 125.000 euros anuales.

La empresa dice que no está obligada a negociar, pero las trabajadoras tienen derecho a hacerlo. Y para lograr que la empresa se siente a negociar, las trabajadoras han decidido ejercer su derecho a la huelga. Sí, su derecho. Porque la huelga es un derecho, de carácter fundamental además, que Sephora está tratando de impedir que se ejerza.

Sephora no solo ofrece precariedad; también autoritarismo para impedir que las trabajadoras de Navarra consigan que la empresa se siente a negociar, no vaya a ser que ese logro anime a otras trabajadoras y también decidan organizarse. En Sephora estorban los derechos y la empresa está empleándose duro contra ellos.

Incluso, en lugar de sentarse a negociar, han denunciado a ELA y a sus dos delegadas aduciendo que se trata de una huelga ilegal. Pero se equivocan: esta huelga no es solo legal, sino que es una huelga imprescindible para que las trabajadoras puedan dignificar sus condiciones laborales.

Y como esto no es suficiente, han aprovechado que una de las trabajadoras de la tienda de La Morea ha decidido marcharse a buscar un mejor trabajo para forzar la revocación de la delegada de personal. A pesar de que el 75% de las trabajadoras están de huelga, se han beneficiado de un sistema que perjudica la representación sindical en ámbitos pequeños quebrando la voluntad mayoritaria de la plantilla en Navarra. Para conseguir esa revocación la empresa se ha apoyado en el sindicato CCOO, presente en la revocación apoyando a las esquirolas y convocando nuevas elecciones en la tienda de La Morea, con el objetivo de cargarse la huelga. Donde la empresa no llega, aparece solícito CCOO. Faltar así al respeto de quienes pelean, sean del sindicato que sean, es lo contrario a la conciencia de clase. Triste. Muy triste.

A pesar de todo lo anterior las trabajadoras siguen en huelga y siguen peleando, con el apoyo de ELA y la solidaridad de sus más de 100.000 personas afiliadas que aportan parte de la cuota mensual a la caja de resistencia del sindicato para poder sostener ésta y otras muchas huelgas. La plantilla de Sephora no es la primera vez que consigue doblegar a la empresa ya que recientemente lograron ser la primera tienda de todo el Estado con calendario laboral propio y cobrar un plus de casi 3.000 euros al año.

Ahora que se acerca el 8 de marzo, las instituciones y los partidos políticos harán concentraciones y leerán comunicados en el que se reivindicarán como feministas. Por eso creemos que esta huelga protagonizada exclusivamente por mujeres que quieren dignificar su condiciones de vida frente a una empresa que las explota, debería ser apoyada por esos mismos agentes, y por eso les invitamos a asumir sus reivindicaciones y apoyarles en la concentración que vamos a hacer el miércoles 11 de marzo a las 9.00 frente al Parlamento.

Frente a la precariedad y el autoritarismo, organización y huelga feminista.Las autoras son responsables de ELA Zerbitzuak