- Todos los motores de la economía se han gripado al mismo tiempo. Y el único que todavía gira, repartiendo salarios, prestaciones, manteniendo los servicios básicos, lo hace con combustible prestado que pesará en el futuro como solo pesan las deudas. El gasto público se ha convertido prácticamente en el único sostén de la economía navarra, española e incluso europea. Una situación inmanejable a medio plazo.

Todavía no se conocen los datos completos del pasado trimestre, pero todo apunta a que no solo se hundió el gasto privado, que no remontará mientras no mejore el empleo, sino que también se inició el hundimiento de la inversión y de las exportaciones. Con los concesionarios cerrados, las matriculaciones caen ya un 68,5% y el índice retrocede un 14% en marzo. Dos datos que, según el Gobierno de Navarra, “avisan de un parón importante en el consumo”.

Hay más, claro. Las cifras que se van conociendo del mes de marzo reflejan una caída tanto en los indicadores de oferta como en los de demanda. Destacan el descenso de las pernoctaciones hoteleras, que se han desplomado un 62,5% respecto al mes anterior y del tráfico de vehículos por autopista, que ha disminuido un 45,3%. Además, hay que sumar la caída de un 48,9% en la producción de turismos, que en abril ha estado prácticamente detenida, y de un 3% en el consumo eléctrico.

Es decir, la industria ha quedado en mínimos y los servicios, congelados. La construcción afronta también dificultades y el panorama mundial, con recesión global, tampoco invita a pensar que las exportaciones ejerzan esta vez de tractor.