- El cierre de empresas continuó en abril en Navarra y profundizó así la destrucción de tejido económico que se inició en marzo. Esa es la mala noticia. La buena: que al igual que los datos de afiliados a la Seguridad Social, la serie de empresas inscritas también refleja que la mayor parte del ajuste se realizó entre el 15 y el 31 de marzo.

En abril, el número de empresas inscritas se situó en 17.216 sociedades, 15 menos de las que había a finales de marzo. La caída, una rareza en un mes que estacionalmente es muy bueno, resulta sin embargo muy inferior a la registrada el mes anterior, cuando 462 compañías despidieron a todos sus trabajadores y echaron el cierre. Al igual que en el conjunto de España, la de marzo fue la caída más aguda de la serie estadística. El estado de alarma y una hibernación económica que solo ahora comienza a disiparse explican una destrucción de tejido productivo con el que ya no se podrá contar para la recuperación.

En el conjunto de España, la mayor parte del ajuste también se realizó en el peor marzo de la historia. Y resultó además mucho más intenso que en Navarra, donde una economía muy ligada a la industria cuenta, en teoría, con fortalezas para resistir la crisis con más entereza. De este modo, marzo se saldó con 122.000 empresas menos, mientras que en abril la caída fue de apenas una décima parte, con unas 11.000 empresas menos.

La pérdida de músculo empresarial es la consecuencia más temida de la actual crisis, de la que apenas comienzan a divisarse sus aristas más agudas. Con una sobreabundancia de pymes y microempresas, mucho más débiles y con recursos muy limitados de liquidez, las previsiones en este sentido resultan terribles. Lo advertía esta misma semana Rafael Domenech, economista de BBVA, que prevé un menor impacto de la crisis en las comunidades del norte de España, menos dependientes del turismo, pero que llamaba a evitar los efectos más duraderos y perniciosos del desplome del PIB. "Cientos de miles de empresas han paralizado su actividad y un porcentaje elevado no podrán sobrevivir a la crisis", explica.

A su juicio, lo importante ahora es afrontar el futuro con las medidas adecuadas para reducir los efectos permanentes sobre la economía, y que la crisis no dé lugar a un aumento del desempleo estructural y del paro de larga duración, a una caída permanente de rentas y a un incremento de la desigualdad. "Si estas eran ya debilidades crónicas de la economía española, hay que hacer lo posible para que no se agraven aún más tras esta crisis", explica en su informe.

Navarra no va a escapar de esta debacle, cuyas proporciones se conocerán mejor a la vuelta del verano. Las previsiones del Gobierno de Navarra contempla una caída en el PIB de al menos un 6,2% que seguramente se encuentre cercana al 9%. El desempleo, que había logrado situarse por debajo del 10% en los últimos dos años, volverá a subir y regresará seguramente a cifras cercanas al 15%, o superiores, sin contar a las miles de personas que seguirán de ERTE forzosos en las próximas semanas. Se cree que alrededor del un 20% de ellos serán finalmente despedidos.

15

El descenso de abril, muy moderado, abre la puerta a una recuperación de la actividad en los próximos meses.

-9%

Las estimaciones del Gobierno de Navarra apuntan a una contracción de la economía que podría rondar el 9%.