- Los sindicatos navarros consideran que el teletrabajo puede ser una fórmula de relación laboral con la empresa necesaria en esta época de crisis sanitaria, pero entienden que no puede aplicarse de manera improvisada, sino con la debida regulación legal.

El secretario general de CCOO en Navarra, Chechu Rodríguez, comentó ayer que la crisis sanitaria ha provocado que en muchos sectores se implantara el teletrabajo “de forma precipitada y sin garantías, cuando esta modalidad laboral debe ser voluntaria, reversible y con normas claras, para evitar situaciones de precariedad o de abuso”. Por eso, dijo, para CCOO es urgente que se regule cuanto antes a través de una ley estatal y en los convenios colectivos.

El sindicato aboga por una implantación y promoción del teletrabajo siempre que sea controlada, regulada y con garantías de que se respetan los derechos de las plantillas, entre ellos el derecho a la desconexión digital. En muchos sectores, dijo Rodríguez, “puede ser una forma de trabajo complementaria a la actividad laboral presencial y siempre debe abordarse desde la negociación colectiva”.

Para el secretario general de la UGT de Navarra, Jesús Santos, se trata de una modalidad de trabajo que se ha visto intensificada a consecuencia del confinamiento y que “ha dejado al descubierto muchas lagunas”, por lo que el sindicato apuesta por esta modalidad “siempre y cuando esté regulado y cuya normativa recoja unos criterios mínimos”.

Así, la UGT considera que la jornada nunca podrá superar la pactada en convenio, con derecho a flexibilidad, y los costes adicionales del teletrabajo deberán correr a cargo de la empresa. Además, reivindica que los derechos, incluidos permisos, serán los mismos que en el trabajo presencial.

Por su parte, el coordinador de ELA en Navarra, Imanol Pascual, opina que debe impulsarse el teletrabajo de forma excepcional para hacer frente a la pandemia, pero le preocupa que su implantación de forma estructural “se haga a costa de aislar a trabajadores y trabajadoras, y obligarles a teletrabajar sin medidas adecuadas”.

Pascual destaca por ello que debe garantizarse su carácter voluntario, “de forma que sea un derecho y no una obligación”, la empresa debe asumir los gastos adicionales, y debe responsabilizarse de la salud laboral a través de una evaluación de puestos de trabajo que debe ser autorizada previamente por el trabajador. Por último, cree que es necesario regular el derecho a la desconexión digital garantizando el registro telemático de las horas de trabajo y estableciendo el derecho a tener apagados los instrumentos necesarios para el trabajo, como el teléfono o el ordenador, fuera de los horarios laborales.

El teletrabajo, a juicio del coordinador de LAB en Navarra, Imanol Karrera, puede tener elementos positivos como evitar desplazamientos pero “es una cuestión que se tiene que regular para evitar que sea un instrumento más de la patronal para desregular las relaciones laborales”. Karrera asegura que el teletrabajo en estos meses mayoritariamente ha afectado a las mujeres, no responde a las necesidades de medidas reales de conciliación, incrementa la flexibilidad en favor de las exigencias de las empresas, se individualiza la relación laboral, no se respeta la normativa en materia de salud laboral y aumentan los costes a cargo de los trabajadores.