- La economía sigue con muletas y con el respirador conectado, pero no se detiene. Y los últimos datos apuntan a que el último trimestre, a pesar de los rebrotes, no será tan malo. Al menos para la actividad comercial, que, al margen de las estaciones de servicio, creció en septiembre y en octubre y que ha vivido unas últimas semanas de notable actividad, impulsada por los bonos municipales de apoyo, que se agotaron con rapidez en Pamplona.

El pasado fin de semana ofreció una buena prueba de ello. La imposibilidad de abandonar Navarra sin un motivo justificado llenó calles, tiendas y mercados, una escena que se repetía el lunes en alguno de los principales centros comerciales de Navarra. "Se han notado, los bonos han sido muchos y en muy poco tiempo y han servido para dar aire al comercio", reconocía ayer Inma Elcano, coordinadora de Comerciantes de Navarra, que se mostraba ayer algo más optimista que hace solo un par de meses, cuando el horizonte aparecía cargado de malas noticias. Establecimientos que entonces barajaban el cierre si las ventas no remontaban, hoy confían en cerrar el año con mejores números y poder continuar el año que viene. "También es verdad que se han adelantado algunas compras navideñas, pero es lo que se buscaba con estos bonos, que la campaña de fin de año beneficiara al comercio local", especialmente golpeado por las limitaciones de aforo y las restricciones a la movilidad de las personas.

De hecho, tras una primera edición que no cumplió las expectativas en septiembre, el Ayuntamiento de Pamplona amplió y mejoró su oferta en noviembre, con 97.000 bonos de descuento que, esta vez sí, se agotaron en apenas unas horas. Otros ayuntamientos de la comarca replicaron la iniciativa y el objetivo ahora es repetir las ayudas en toda Navarra, cuyo primer trimestre todavía se prevé duro. "Supone alguna complicación más que hacerlo por ayuntamientos, pero los bonos están previstos en el Plan Reactivar Navarra y en la Comunidad Autónoma Vasca se han aplicado desde cada territorio", explica Elcano, quien recuerda que febrero, una vez que se va desinflando la fiebre de las rebajas y aún no asoma la primavera, supone uno de los periodos más duros para el comercio.

Los datos que publica el Instituto de Estadística de Navarra, que abarcan septiembre y octubre, muestran que el otoño, pese a los altibajos, no está siendo tan malo para el conjunto del sector. Sin contar las estaciones de servicio, muy condicionadas por los confinamiento perimetrales entre comunidades, las ventas crecieron un 4% interanual en septiembre y un 2,9% en octubre. "Pero no todos los establecimientos lo notaron, vestido y calzado acumulaban este año caídas muy importantes", explica Elcano.

Desglosando los datos por tamaño se aprecia por ejemplo que, en otoño, las grandes cadenas han registrado crecimientos importantes, de hasta el 12,4%, mientras que las pequeñas cadenas moderaban su avance al 4,2% y los establecimientos unilocalizados seguían sufriendo, con una caída del 4,3% media en septiembre y octubre respecto al año pasado.

Todavía no hay datos del último mes, pero la percepción es que noviembre, sobre todo en sus últimas semanas, y los primeros días de diciembre han sido mejores. "El consumo es extraordinariamente sensible a las noticias, en cuanto hay alguna restricción se nota de manera inmediata, pero cuando hay buenas noticias, como el descenso de casos o el anuncio de las vacunas, también se percibe", continúa Elcano, quien advierte de que tanto clientes como comerciantes continúan mostrando "cierto miedo e incertidumbre" ante la situación económica de las próximos meses.

Los datos oficiales, en cualquier caso, se encuentran condicionados por el impacto de los supermercados e hipermercados en las cifras totales. Estos establecimientos han recogido parte del dinero que se ha dejado de gastar en hostelería y han batido registros de la venta de cerveza y vino para los hogares, por ejemplo. De hecho, las cifras en el comercio alimentario crecieron con fuerza durante el confinamiento, para caer entre finales de la primavera y el verano, cuando reabrió la hostelería y un cierto miedo ante el crecimiento del desempleo pareció hacer mella en el consumo. Los dos últimos meses, con la segunda ola clausurando bares y restaurantes, se han vuelto a notar en las cifras de ventas totales del sector alimentario, que crecieron un 2,4% y un 4,9%.

El año, con todo, ha traído también algunas cosas positivas para el pequeño comercio, defiende Elcano, quien recuerda que se ha reforzado un cierto concepto de proximidad. "Mucha gente ha descubierto esa pequeña tienda que tenía al lado de casa y en la que no entraba. Y los bonos están sirviendo, por ejemplo, para que algunas tiendas hagan clientes nuevos que vuelven", señala.

El sector, que ha logrado conservar estos meses el 99% de su empleo, sigue asediado en cualquier caso por el cambio de hábitos de unos consumidores que priman precio e inmediatez y por la competencia de gigantes como Amazon, cuya agilidad es máxima, pero que apenas paga impuestos allí donde opera. "Lo que nosotros reclamamos es que todos funcionemos en igualdad de condiciones", dice Elcano.

Encuesta internacional. Un 65% de los españoles afirma que la covid-19 ha cambiado significativamente su forma de comprar, según el estudio El futuro del comercio, elaborado por la plataforma canadiense de comercio electrónico Shopify a través de una encuesta entre 10.055 consumidores en once mercados, incluido España. Un 47% de los españoles encuestados confiesan sentirse incómodos comprando en persona, igualados con los estadounidenses, también un 47%, y superados sólo por los británicos (el 56%). Además, en España un 64% de los entrevistados dice querer apoyar a los negocios locales, lo que les sitúa a la cabeza.

"Se han adelantado compras navideñas y se ha beneficiado al comercio local"

Comerciantes de Navarra