- Los operadores o grupos empresariales deberán pagar en España al menos 1.170 millones de euros por una banda de radiofrecuencias fundamental para implantar la última generación de redes móviles, más conocida como 5G. Esta infraestructura saldrá a subasta en el primer trimestre de 2021, según las bases publicadas ayer por el Gobierno. Esta red permite un mayor tráfico de datos, a mayor velocidad y, además, supone una auténtica revolución tecnológica porque permite conectar dispositivos entre sí mediante el llamado internet de las cosas.

En España, las multinacionales anunciaron ya en junio de 2019 que estaban instalando el 5G en 15 ciudades del Estado. La realidad es, sin embargo, que sus proyectos piloto no llegan a los estándares necesarios para ser considerados una nueva red de tecnología móvil. Se les denomina non stand alone, lo que significa que no son independientes de la tecnología anterior. Es decir, un 4G con más prestaciones.

El primer operador en comercializar este prototipo vendido como 5G en España fue Vodafone, que lo hizo en 15 ciudades en junio de 2019. El resto se ha ido sumando, con Telefónica a la cabeza de su implantación, ya que acapara el 76% de la cobertura.

Ahora se subastarán ocho bloques de frecuencias con un precio total de salida de 1.170 millones de euros, por un periodo de 20 años. Se ha establecido un pago único para las adjudicaciones espectro que se realicen, a diferencia de la anterior subasta que se hizo en España en 2018 para otras bandas menores destinadas al 5G, para las que se fijó un pago anual. En aquella subasta concurrieron los cuatro operadores mayoritarios en el Estado: Telefónica, Orange, Vodafone y MásMóvil. Se espera que las tres primeras pujen de nuevo, con la opción de que la última también lo haga en el aire.

En cualquier caso, ninguna se ha pronunciado al respecto. En principio, el precio de salida está por encima de lo esperado, aunque el pago único supone una barrera a los que pretendieran especular con esta banda, que conllevará ingentes inversiones económicas.

Algunas de las ventajas de la nueva banda que se licitará en el primer trimestre de 2021, con algo de retraso por el coronavirus, es que ofrece una mejor cobertura en interiores y tiene mayor alcance y penetración.

El proceso establece ciertas obligaciones, como la de dotar de cobertura del 100% a las poblaciones de más de 20.000 habitantes en un periodo de tres años, así como a autopistas, autovías y carreteras multicarril, además de estaciones de viajeros de líneas de alta velocidad.

La subasta se efectuará después de que estas frecuencias que estaban siendo utilizadas por los canales de Televisión Digital Terrestre (TDT) hayan quedado libres, en un proceso que se denominó Segundo Dividendo Digital y que concluyó en otoño.

Críticas desde el ecologismo. El 5G trae ventajas a nivel tecnológico, pero los ecologistas cuestionan la necesidad de una cobertura universal como la que prometen las teleoperadoras y las instituciones. El problema está en una máxima básica en ingeniería: cuanto mayor es el ancho de banda, menor es su capacidad de penetración. Es decir, que el 5G permitirá descargar vídeos en calidad 8K a una velocidad inimaginable con el 4G, pero tiene dificultad para atravesar paredes o ventanas. La solución es instalar más bases de datos o antenas, estructuras que, según diversos estudios, tendrían que multiplicarse por 100 para cubrir las expectativas de la nueva generación digital. Mientras tanto, en Corea del Sur ya se está instalando el 6G y Huawei ha anunciado que creará proyectos piloto en España.