Instalaciones renovables más pequeñas, mucho más cercanas al punto de consumo. Y un cambio radical en el estilo de vida, con una paulatina reducción en el consumo. De energía y de muchos bienes y servicios que hoy se antojan imprescindibles en nuestro estilo de vida. En suma, un decrecimiento económico planificado que garantice la sostenibilidad del planeta.

Esto es, a grandes rasgos, lo que que propone para Navarra Sustrai Erakuntza. Lo hace a través de un informe registrado ayer ante el Parlamento foral titulado El nuevo boom de las energías renovables en Navarra. Situación, impactos y propuestas alternativas. Un texto que se une a los elaborados sobre los proyectos de minería, gestión del agua, ferrocarril y al que seguirá uno sobre los residuos.

"No tenemos un planeta B", explica Pablo Lorente, de la fundación Sustrai al referirse al impacto de un modelo "de capitalismo verde" pensado para que se se beneficien "las grandes multinacionales, los fondos de inversión y la gran banca". Que "aleja" los centros de decisión y que, a su juicio, debe ser revertido. "Navarra no puede seguir pensando en el sector del auto como futuro. Renault, por ejemplo, ya está pensando en fabricar menos coches y el propio presidente de Toyota ha dicho que es imposible sustituir la flota actual de coches por modelos eléctricos".

En el informe, Sustrai Erakuntza señala que gobiernos de Navarra de distinto signo político han realizado una planificación muy semejante en materia energética, en la que "ha primado el incremento en la capacidad de producir y consumir energía". "Ninguno se ha planteado, en ningún momento, cerrar las ilegales centrales térmicas de Castejón, por ejemplo, ante el aumento de los polígonos de captación de energía renovable", agrega la fundación.

Polígonos eólicos en el norte

De esta manera, destaca el informe, tanto la Zona Media como la Ribera de Navarra "se encuentran saturadas de parques eólicos, que causan grandes impactos ambientales, en especial a la avifauna", pero "se siguen aprobando nuevas infraestructuras en esas mismas zonas, muchas de ellas situadas junto a zonas protegidas donde los daños que realizan son mayores".

"Y las previsiones a futuro indican que la presión sobre los ecosistemas seguirá en aumento, dado que la planificación de Navarra, del Estado y de Europa coinciden en ese objetivo", añade. Así, según Efe, la fuindación señala que en la actualidad "nos encontramos con un nuevo boom de los grandes proyectos renovables en Navarra propuestos y decididos por diferentes empresas, y que exceden ya las zonas que para ellos se preveían en el plan energético".

En este sentido, indica que los promotores eólicos pretenden rebasar la muga "al norte de Pamplona". La empresa Sacyr, explica, tiene intención de instalar 224 megavatios en los montes situados al norte de la Comarca de Pamplona; la eólica Nordex Acciona, otro de 49 megavatios en Lesaka; y finalmente la empresa Green Capital Power tendría otros cinco proyectos en cartera, con un total de 415 megavatios, dos de los cuales también se encontrarían "a la altura de Pamplona", en las faldas de las sierras de Urbasa y Andía.

Latifundios solares

En cuanto a los grandes polígonos solares fotovoltaicos, se asegura en el informe, "lo más destacable de los nuevos desarrollos, que en ningún momento estaban previstos en el actual plan energético de Navarra, es la gran superficie que ocupan".

"En comparación con las 'huertas solares' de principios del presente siglo, que como mucho llegaban a las 100 hectáreas, los actuales pretenden cubrir de placas solares extensiones de tierras de cultivo que rondan las 500 hectáreas cada proyecto", denuncia Sustrai Erakuntza, que califica estos proyectos como "latifundios solares".

Los más importantes, informa, serían el que ocuparía la ladera sur de El Perdón, y los dos previstos en la ladera norte de la misma sierra. "Pero también se habla de otro gran proyecto en Peralta, y otros más pequeños en diversas localidades, sobre todo en la Zona Media y la Ribera", subraya.

Mientras, continúa el informe, en Navarra "los combustibles fósiles siguen siendo la mayor parte de la energía que consumimos, en 2019 supusieron un 80% del total de la energía primaria. Y la electricidad solo supone un 20 % de todo el conjunto de la energía final que consumimos".

Cambios necesarios

Para la fundación, esto indica que "una mayor producción renovable, que es mayoritariamente en forma de electricidad, difícilmente tendrá cabida en nuestro consumo si no se realizan otro tipo de cambios en los procesos industriales, en el transporte, y en otros aspectos de la vida".

Al respecto, Sustrai Erakuntza apunta que, "si en el pasado año exportamos un 30 % de la electricidad que se produjo en Navarra, el desarrollo de estos proyectos renovables servirá tan solo para que su exportación aumente".

Por estos motivos, propone "explorar otras vías", como "la utilización de esas energías de manera distribuida, en pequeñas instalaciones", algo que potencia la economía local, pero "supone que no sea posible abastecernos de la misma gran cantidad de energía que utilizamos ahora en las sociedades occidentales, osea, continuar con el derroche".

Reducción en el consumo global

El informe plantea una serie de propuestas de transformación, sobre todo de carácter social, "que entendemos son la única vía para afrontar los retos ante los que nos encontramos"."Porque la verdadera transición energética no supone un mero cambio de tecnología. La verdadera transición supone un cúmulo de cambios de carácter social que engloba cambiar los hábitos de las personas, modificar las formas en las que se ha organizado la sociedad, y sobre todo la misma esencia de la propia economía actual, el consumismo", asevera la fundación.

Sustrai Erakuntza no considera posible "continuar con este modelo, el capitalismo, que necesita un aumento permanente del consumo y de utilización de materias primas y energía". "Creemos que en los países del mundo rico es necesario una reducción en el consumo de todo, es necesario el decrecimiento. Y que por lo tanto necesitaremos un nuevo sistema socioeconómico que sea compatible con este hecho y nos permita seguir teniendo una vida digna", concluye