El sindicato agrario ENHE considera que la calificación del lobo como especie no cinegética supone otro escollo añadido para la supervivencia de la ganadería extensiva en zonas rurales. Y advierte de que, a largo plazo, la prohibición de la caza puede ayudar a un crecimiento descontrolado de su población y permitir a largo plazo su regreso a zonas donde hace décadas que no habita, como Navarra.

El pasado 3 de febrero, la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad, formada por representantes del Gobierno central y de las comunidades autónomas, acordó mediante una ajustada votación incluir al lobo ibérico en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial.

El Gobierno de Navarra decidió no votar, al considerar que debería haberse producido un análisis y un debate previo.

Esto significa que a partir de ahora se le considera especie no cinegética y se impide su caza en todo el Estado español. Para ENHE, esto traerá consigo un considerable aumento incontrolado del número de ejemplares, que derivarán en un incremento de la cifra de ataques y una nueva amenaza contra la necesaria supervivencia de la ganadería extensiva.

Fuentes del sindicato explicaron que los ejemplares más cercanos a Navarra se encuentran entre Álava y Bizkaia, así como en zonas limítrofes de La Rioja y Burgos. "La zona más probable de entrada a Navarra sería por Aralar", han advertido desde EHNE, quien señala que el objetivo de las asociaciones protectoras del lobo es "crear un corredor que conecte al lobo ibérico con los ejemplares del Pirineo catalán, de origen italiano, sin importarles lo que barren por delante".

El sindicato ha criticado la decisión. "Para nada ha contado con la opinión de quienes vivimos a diario en dichas áreas y que atenta gravemente sobre una práctica ancestral de la que viven miles de familias, que mantiene población en lugares desfavorecidos, contribuye de manera esencial a la preservación de la biodiversidad natural, proporciona elementos de cohesión social e identidad cultural y, por supuesto, aporta alimentos de calidad para toda sociedad".

"Nuestro sindicato considera que en la aplicación de esta política de conservación del lobo no se ha tenido en cuenta la función que ejercen las poblaciones rurales y sus actividades, como sustento de la biodiversidad, conservadores del patrimonio cultural y agentes económicos, además de trinchera contra el cambio climático", explica.

Más bien, añade EHNE, "lo que parece que se quieren obtener son resultados contrarios a los pretendidos, dado que la montaña, sin la presencia activa del pastoreo, la ganadería y sus rebaños, camina irreversiblemente hacia la pérdida de sus características esenciales".