La dirección de BBVA ha convocado a la representación legal de los trabajadores este viernes, 16 de abril, para la celebración de una primera reunión ante su voluntad de iniciar un procedimiento de despido colectivo (ERE) en España, que afectará tanto a los servicios centrales como a la red comercial.

Así, este plan de ajuste se aplicará sobre BBVA S.A., que cuenta con alrededor de 23.300 empleados, quedando fuera el resto de las sociedades de la entidad en España.

La entidad ha asegurado en una carta dirigida a los empleados que su objetivo es explorar conjuntamente fórmulas que permitan minimizar el impacto en la plantilla.

En la carta, BBVA apoya su decisión en el contexto de "profunda transformación" para el sector, marcada por una enorme presión competitiva, bajos tipos de interés, la adopción acelerada de los canales digitales por parte de los clientes y la entrada de nuevos actores digitales.

El banco considera que para garantizar su competitividad y la sostenibilidad del empleo a futuro, resulta "imprescindible" continuar trabajando de forma aún más decidida en reducir su estructura de costes.

En este sentido, ha asegurado que pretende abordar el proceso con actitud dialogante, con el compromiso de seguir criterios de objetividad y con la voluntad de llegar al mejor acuerdo posible para todos.

El pasado mes de enero, el consejero delegado de BBVA, Onur Genç, ya había adelantado que ejecutaría en la primera mitad de 2021 un plan de reestructuración de costes en España que aún se encontraba en fase de estudio pero para el que se estaban considerando "todas las opciones".

"Vamos a emprender alguna acción en la primera mitad de 2021. Tenemos el serio compromiso de revisar nuestra base de costes y de explorar la posibilidad de reestructurarla a principios de año", indicó entonces Genç.

Este anuncio ha sido ahora confirmado y dará el pistoletazo de salida este mismo viernes. La decisión de BBVA se produce paralelamente al inicio de conversaciones de la nueva CaixaBank con sindicatos tras la absorción de Bankia, que prevé la salida de al menos 7.000 empleados.

También acaba de finalizar el plan de salidas voluntarias de Banco Sabadell, por el que han dejado el banco 1.817 empleados.