En los pies y en las manos -cuenta Elena Lecumberri- hay dibujado un mapa perfecto del cuerpo humano. Y entre sus pliegues y terminaciones nerviosas se esconde también la posibilidad de ganarse la vida de un modo diferente. Periodista y pamplonesa, Lecumberri decidió dar un giro a su vida a finales de 2019 y desde hace dos meses atiende ya de forma profesional y desde su propia casa una consulta de reflexología que poco a poco va sumando clientela.

La semilla del cambio hay que buscarla en 2014, "Aquel año conocí a un reflexólogo que estaba ya cerca de los 80 años. En Occidente hay pocos y en Pamplona todavía menos. Aquello fue despertando mi curiosidad, me tocó tratarlo de una forma personal, y yo, que iba teniendo ganas de cambiar de vida, de buscar algo más alineado a mis prioridades, poco a poco empecé a practicar en casa", explica Lecumberri, durante años directora de la edición digital de Diario de Navarra.

Casada y con dos hijos de dos y cuatro años, Lecumberri explica que el salto de una redacción a una consulta "es un volantazo, un cambio radical". "Me daba miedo, claro, y emprender supone una lección de humildad tremenda, porque tienes que aprenderlo todo. Te tienes que formar y pasas de trabajar por cuenta ajena a darte de alta como autónoma". Vistos ahora, los trámites con la Administración (registro de autónomos en la Seguridad Social, dar de alta en Urbanismo del Ayuntamiento de Pamplona el espacio donde se desarrolla la actividad, pago del IVA en Hacienda...) "no son complicados, pero la falta de información hace que todo parezca un agujero negro".

Al miedo o incluso al pudor social -"me costó contar el cambio", recuerda Elena- se le vence con información. Hasta que al final uno siente que poco a poco las piezas comienzan a encajar y la agenda de citas se va poblando. Porque el sustrato, la necesidad de calmar el dolor, estaba ahí, en una sociedad golpeada por el estrés, por la incertidumbre. "La experiencia con el reflexólogo me hizo ser más sensible al sufrimiento de la gente. Ves gente que vive con dolores y que solo encuentra la analgesia. Piensas: 'yo te podría ayudar...'. Creía que en la calle había demanda".

Lo siguiente fue buscar buscar una mentoría. Y de la mano de Tania Lasanta, avanzar el plan de negocio, analizar las oportunidades, las fortalezas, las debilidades y las amenazas de una iniciativa "a la que hay que poner números, calcular el coste de la hora, el precio de la consulta". "Y yo siempre he sido de letras", añade.

Más de 20 años de experiencia en la comunicación constituyen ahora una herramienta útil para un trabajo que es 100% presencial. La reflexología, que se basa en el masaje de los pies y de las manos, requiere un contacto estrecho, inviable hace ahora un año, en pleno confinamiento. "Pensé en buscar un local, incluso en algún centro de coworking, pero por un lado hay que cumplir con toda la normativa sanitaria y de ventilación, y, por otro, suponía empezar la casa por el tejado, con unos gastos fijos importantes".

En febrero de 2021, ya dada de alta como autónoma, Elena Lecumberri arrancó su consulta (elenalecumberri.com // 677 495 693), y la experiencia es más que positiva. "Es el momento del despegue. Quienes mejor me conocían me decían que me animara, pero por supuesto yo tenía mis miedos. Ahora me pregunto cómo no lo dice antes"