El Estado, propietario del 16,1% de CaixaBank, ha visibilizado el rechazo del Gobierno central al los sueldos de los principales ejecutivos de CaixaBank, entidad que planea prescindir de casi 8.000 trabajadores. A través del FROB votó en contra de la modificación de la política retribuciones de la entidad, que afecta sobre todo al sueldo del presidente. El banco, con sede en Valencia, celebraba ayer su Junta de Accionistas entre protestas de los sindicatos y los trabajadores.

"Nuestras retribuciones son inferiores a la media", ha explicado por la mañana José Ignacio Goirigolzarri, presidente de la entidad tras la absorción de Bankia, una operación que va a crear el primer banco minorista de España. El ejecutivo vizcaíno (antiguo número 2 de BBVA y número uno en Bankia), con un salario fijo de 1,65 millones de euros, ha reclamado también acotar el tiempo de negociación de un ERE, aseguró, terminará con acuerdo.Con el cambio, Goirigolzarri ha triplicado el sueldo que cobraba en Bankia.

Fuentes del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) explicaron a Europa Press que el organismo había votado en contra del punto 12 del orden del día, relativo a la modificación de la política de remuneraciones de los consejeros, mientras que se ha abstenido del resto de propuestas relativas a remuneraciones. Además, ha votado a favor del resto de las propuestas que no tenían relación con las remuneraciones.

Los puntos del día se aprobaron igualmente porque el FROB tiene una participación del 16,11%, pero con su voto en contra de la política de remuneraciones el Gobierno da un mensaje en línea con las declaraciones recientes de miembros del Ejecutivo.

Cambio estructural en el sector

"Soy consciente que son momentos delicados y que esta situación genera incertidumbre para las personas de nuestro equipo, por lo que debemos acotar el tiempo", expuso Goirigolzarri, que puso en valor la fortaleza del equipo de CaixaBank. Una fortaleza que el directivo atribuyó en gran parte al resultado del pasado ejercicio, que pese a ser un año de "gran complejidad", los datos de la entidad muestran, según él, una gran fortaleza comercial con crecimiento de volúmenes y cuotas de mercado, una gran robustez de balance y un rentabilidad ajustada al entorno.

La banca afronta además una situación que, según Goirigolzarri, ha dejado de considerarse coyuntural y debe asumirse como un "cambio estructural" en su negocio, que además les está obligando a repensar el modelo tradicional, porque determinadas actividades dejan de ser rentables. También apuntó a que el sector se enfrenta a una "auténtica revolución tecnológica" que afecta a todos los elementos de la cadena de valor de su negocio, y que exige una profunda reconfiguración de su core bancario y una migración desde almacenes de datos tradicionales a la nube.

"Y en esta evolución tenemos grandes competidores que, o parten desde fuera del sector financiero con una potencia y capacidad extraordinaria, o lo hacen desde la actividad bancaria exnovo, sin los 'legacies' que tenemos los bancos tradicionales", añadió el directivo