- Hay veces que el futuro está en el siglo XIX. Es lo que defiende Silvia Roldán, CEO de Metro Madrid, que realizó ayer una encendida defensa de los medios de transporte masivo, como el tren, que garantizan una reducción de las emisiones de CO2. “En 1919, cuando se inauguró la primera línea, el metro ya estaba electrificado”.

Roldán participó en la mesa que analizaba la descarbonización del transporte, uno de los grandes retos a los que se enfrenta ahora mismo la industria del motor. Y que permite que formas de transporte como el tren brillen precisamente por haberse electrificado. “Aunque todavía un 20% de los trenes de Renfe son diésel”, explicaba María Luis Domínguez, presidenta de ADIF, el administrador de infraestructuras ferroviarias. Domínguez aseguró que las emisiones por viajero en el ferrocarril son cuatro veces inferiores a las del coche particular

La electrificación completa de las redes ferroviarias no resulta sin embargo sencilla. Y para ello se está trabajando en diferentes proyectos que buscan aplicar el hidrógeno a los trenes, de tal manera que estos puedan compatibilizar los tramos electrificados con los que no lo están. Junto a ello, dijo, el desarrollo de redes eléctricas inteligentes o la reutilización energética, aprovechando la que se genera en los frenados, son algunos de los retos tecnológicos a los que se enfrenta el sector, que será uno de los que reciba fondos para impulsar la transición.

“En las estaciones de servicio no tenemos ningún miedo del coche eléctrico. Somos especialistas en vender y venderemos lo que sea a quienes entren en nuestros establecimientos, cuanto más tiempo pasen más les podremos vender”, añadió Jorge de Benito, presidente de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio, que pidió en cualquier caso a los políticos que asuman la realidad: los coches eléctricos, dijo, siguen sin ser competitivos. “Solo funcionan de verdad los Tesla, que son de todo menos baratos. Yo he venido de Santander sin parar. Si lo hubiera hecho en coche eléctrico tendría que haber parado al menos una vez. No es un problema de red, sino de tiempos de recarga y de clientes. Hay un punto de recarga por cada seis coches eléctricos y un surtidor por cada 3.000 coches”, aseguró.

Amenazado por la regulación, lo viejo se resiste a morir. Y, mientras, surgen nuevas formas de moverse. “La gente ha aprendido a caminar, se mueve en patinete, ha redescubierto el comercio de proximidad. Las previsiones que tenemos es que no se recupere el 100% de los pasajeros que teníamos en 2019”, explicó la CEO de Metro Madrid, quien considera que las estaciones deberán adaptarse a estos nuevos retos y volverse intermodales. “El usuario de la movilidad va a requerir respuestas inmediatas, saber en cada momento cuánto le va a costar llegar a un lugar, qué calidad del aire hay en cada lugar, qué densidad de pasajeros hay en un vagón”.

“Los eléctricos siguen sin ser competitivos en precio y en tiempo de repostaje a la hora de viajar”

Confed. de Estaciones de Servicio