- Iberdrola y Endesa no acudieron finalmente a la subasta para conceder nuevas licencias por un total 3.300 MW de energías renovables (fundamentalmente eólicas y fotovoltaicas) celebrada ayer. La energética presidida por Ignacio Sánchez Galán justifica su no concurrencia por la incertidumbre regulatoria, que les ha hecho replantearse sus inversiones renovables en el país mientras Endesa explica que la subasta obligatoria de energía que contiene el real decreto ley para 2022 (”que nos sustrae energía ya vendida a clientes”) y su posición corta en producción respecto a la cartera de clientes, que les obliga a comprar en el pool, hacen que su estrategia esté orientada “prioritariamente” a promover su propia generación para suministrar a largo plazo.

La no concurrencia a la subasta de las eléctricas más afectadas por el real decreto de 14 de septiembre, que incorpora medidas para frenar la escalada de la luz, incluyendo recortes a los ingresos de las compañías, supone deslucir la puja y pone de manifiesto que el sector mantiene serias discrepancias con el gobierno sobre la regulación.

Se trataba de la segunda subasta realizada bajo la nueva metodología, consistente en pujar a la baja en el precio al que se ofrece producir la luz con las energías renovables, tras la realizada en enero, en la que se impuso un nuevo entrante, como Capital Energy.

Esta firma logró 620 MW en dicha subasta, mientras que Iberdrola se hizo con 243 MW, Naturgy con 215, Acciona con 106 y Endesa con 50.

La nueva subasta, convocada por el Ministerio de Transición Ecológica a principios de septiembre, reserva 1.500 MW para eólica terrestre, 700 MW para fotovoltaica y 30 MW para fotovoltaicas de generación distribuida con carácter local.

La potencia subastada ayer deberá estar en funcionamiento antes del 30 de junio de 2024, con un cupo especial de 600 MW de disponibilidad acelerada que tendrá que estar operativo el 30 de septiembre del próximo año.