Superado el bache de 2020, con un mercado cerrado durante meses y unos precios que por primera vez en seis años se redujeron con cierta claridad, la vivienda ha recuperado vigor. Y apunta a nuevos crecimientos de precio, también en Navarra, tras un 2021 que encadena ya tres trimestres consecutivos de subida y unas hipotecas medias que regresan a niveles del año 2009, cuando la burbuja comenzaba de desinflarse.

Según los datos del Instituto de Estadística de Navarra, en Navarra se firmaron 3.960 hipotecas en los nueve primeros meses del año, con un importe medio de 122.557 euros, unos 6.000 euros más que el año pasado. El máximo de la serie en el mismo periodo se alcanza en 2007, con cerca de 150.000 euros de media. Muy diferente era también entonces el tipo de interés medio al que se concedían entonces los préstamos: un 4% entonces, frente a un interés medio que hoy, en muchos casos, no supera el 2%. Otra diferencia: en 2021 la mayor parte de las hipotecas se firma a tipo fijo, una opción que era casi residual en 2007.

Entre enero y septiembre de 2021, la banca prestó en Navarra 484,6 millones de euros para financiar la compra de una vivienda. Se trata de una cifra que supera en un 67,3% la del año anterior, pero que también supera a la de todos y cada uno de los diez años precedentes. Hay que remontarse al año 2011, todavía con Caja Navarra en funcionamiento para encontrar una cifra superior. El montante total queda, en cualquier caso, muy lejos del récord histórico, fijado en 2007, con 1.476 millones de euros prestados. La actividad hipotecaria multiplicaba entonces por tres la actual.

Subidas de precios

El crecimiento de los últimos trimestres es en cualquier caso relevante y muestra una tendencia admitida por casi todos los expertos en el sector. Los precios de la vivienda volverán a crecer en 2022, seguramente en torno a un ritmo que superará a la inflación y que podría rondar el 5%. No falta carburante para ello, como muestra tanto el censo de demandantes de vivienda, que crece mes a mes, como unos tipos de interés que seguirán bajos.

En paralelo, y con un consumo de bienes duraderos que no termina de despegar -el atasco en la cadena de suministros ha llevado las ventas de coches a mínimos de las últimas décadas- el ahorro privado ha seguido creciendo a razón de unos 400 o 500 millones de euros al trimestre. A comienzos de verano, los depósitos privados estaban a punto de superar, por primera vez en la historia, los 20.000 millones de euros.

Se prevé, asimismo, que la demanda se mantenga estable, especialmente si el mercado laboral mejora y la pandemia, con una vacunación global más extendida y los primeros tratamientos en circulación, se controla en 2022. En Navarra, el año actual marcará asimismo el mejor registro de la década en cuanto al número de viviendas iniciadas, con cerca de 3.000 en los nueve primeros meses del año y un impulso relevante a la protección oficial. Un indicador de que la demanda, mientras se van colmando desarrollos como Lezkairu o Erripagaña, sigue firme.