La industria sigue vertebrando la actividad económica de Navarra de norte a sur de la comunidad. Es el caso de Lekunberri, que ha duplicado su población desde 1996 y ha pasado de apenas 800 habitantes a 1.624, tras añadir 50 más en el último ejercicio, cuando la pandemia ha disparado además el interés por un emplazamiento a situado prácticamente a mitad de camino entre Pamplona y Donostia.

“Se ha notado mucho en los últimos meses, gente que pregunta por casas o por terrenos para construir”, explica Gorka Azpiroz, alcalde de Lekunberri, quien vincula el despegue de su localidad a la construcción de la autovía, en los años 90, que situó al pueblo junto a uno de los ejes viarios más importantes de Navarra. “Las infraestructuras son fundamentales para las empresas y estamos a media hora tanto de Pamplona como de Donostia”, dice Azpiroz.

Los datos confirman además el dinamismo económico del municipio, que ha concentrado actividad y cuyo desempeño contrasta con el de localidades no muy lejanas, como Alsasua y Leitza, que han perdido peso económico en los últimos años.

Con 890 personas trabajando (de las que más de 500 viven en el pueblo), Lekunberri ha sumado 60 nuevos ocupados en los dos últimos años y tiene 182 más que hace una década. “En el polígono -dice Azpíroz- tenemos ahora mismo 28 empresas que están generando unos 500 puestos de trabajo directos”. A diferencias de otros pueblos y zonas, Lekunberri ha evitado asimismo un monocultivo que tiene sus riesgos. No depende en exclusiva de una empresa o de un único sector, si bien cuenta con un peso relevante el metal, las renovables y la agroalimentación, com la planta de zumos como gran referencia.

Crecimiento también en 2022

“Mekatech, de hecho, tiene planes de inversión para ampliar sus instalaciones”, explica Azpiroz, quien confía en que 2022 sea un año de crecimiento. “Hay otras empresas que, por los que nos han comentado, tienen también planes de inversión”, dice. “La industria es la base de la economía: si consigues desarrollarla, el resto de sectores va detrás”, explica Azpíroz, quien destaca asimismo la apuesta por la formación y la mejora continua para no quedarse atrás.

Contar con una industria potente y especializada además en sectores de valor añadido garantizar varias cuestiones. Y no es la menos importante asegurar unas condiciones laborales aceptables, que permiten “que se desarolle también el sector servicios”. Al adquirir el municipio cierto tamaño, resulta más sencillo mantener cierta actividad comercial y hostelera (120 personas trabajan en sus tiendas, bares y restaurantes), impulsada asimismo por un desarrollo turístico creciente, con la vía verde del plazaola y los recorridos a pie o en bici como grandes reclamos. Una mezcla de naturaleza y deporte que atrae cada ves a un mayor número de visitantes y que le ha permitido ser elegido como mejor pueblo turístico del año.

“Son múltiples factores, pero todo ello hace que este sea visto como un buen lugar para vivir”, explica el alcalde, que descata que el municipio es ahora capaz de ofrecer una amplia gama de servicios a los ciudadanos.