Dos familias navarras planean levantar en Brasil, 45 kilómetros al norte de Río de Janeiro, el mayor complejo turístico y residencial de toda América Latina. Un proyecto denominado Maraey, que incluirá hoteles cinco estrellas y 8.000 viviendas de lujo y llamado a convertirse en una referencia turística en Brasil, un país que sigue ofreciendo enormes posibilidades económicas.

La iniciativa lleva más de una década cociéndose a fuego lento y requerirá de una inversión superior a los 2.500 millones de euros. Está dirigida por IDB, una compañía encabezada por Cetya (Canteras de Echauri y asociados) y Abacus, pertenecientes a las familias Senosiáin e Izquierdo, respectivamente.

Las cifras de proyecto son colosales. Prevé generar hasta 52.000 empleos directos durante la obra, así como 18.000 directos y otros tantos indirectos una vez esté operativo. Los promotores prevén que el proyecto reciba 300.000 turistas al año y que atraiga más de 118.000 viajeros. Asimismo, el el grupo estima que durante su construcción generará unos 7.200 millones de reales brasileños en impuestos (1.360 millones de euros). Y que, cuando esté a pleno rendimiento, la empresa facture unos 1.300 millones de reales brasileños anuales (246 millones de euros) en los cuatro hoteles, además de pagar más de 1.000 millones (189 millones de euros) en impuestos.

La inversión inducida de todo el proyecto superaría los 11.000 millones de euros. 

Ubicación privilegiada y bien comunicada

La ubicación de los hoteles y las viviendas sería espectacular. En lengua tupi-guaraní, Maraey significa paraíso en la tierra. Comprende una extensa franja costera de unas 844 hectáreas, que limita al norte con una línea de margen lagunar de 12,5 kilómetros y al sur con una línea de costa oceánica de 8,5 kilómetros. El este se encuentra la población costera de Maricá y al oeste, el Canal de São Bento que le separa de otra franja habitada de este litoral.

Las temperaturas medias de la zona no bajan de los 25 grados en los meses más fríos (julio y agosto), con unas mínimas que no caen por debajo de los 18 ó 19 grados. El disfrute de la playa y de las actividades al aire libre se encuentra por tanto garantizado. Dispone de un aeropuerto cercano y se encuentra a 45 kilómetros de Río de Janeiro, la ciudad más popular de Brasil.

El turismo no será, sin embargo, el único campo de actuación del proyecto. Maraey planea crear la segunda mayor Reserva Particular de Patrimonio Natural (RPPN) de restinga (área cercana al mar de suelos arenosos, ácidos y pobres en nutrientes que está cubierta por una vegetación de plantas herbáceas características) en el Estado de Río, así como un centro de investigación académica para “profundizar en el conocimiento de los ecosistemas de la región”. De esta forma, contempla preservar “el 81 % del área total” y una ocupación edificatoria del 6,6%.

El proyecto se ha adaptado así a los criterios de sostenibilidad que reclama hoy el mercado turístico y residencial en muchas partes del mundo. 

Al mismo tiempo, Marey apuesta por la educación, con la construcción de una universidad de dirección hotelera y alta cocina, un hospital y una escuela de excelencia. Según su web se generarán “unas 3.700 plazas de enseñanza”. Las urbanizaciones y los hoteles incluirían centros deportivos, un centro comercial y otros servicios.

"Disponemos de todos los permisos necesarios, tanto del estado de Río de Janeiro como del municipio de Maricá, y con licencia ambiental. Somos el único proyecto privado declarado estratégico por el estado de Río de Janeiro", apuntaba ayer al periódico Expansión Emilio Izquierdo Merlo, CEO de Maraey.

Izquierdo es hijo de uno de los impulsores del proyecto, Emilio Izquierdo Jiménez, fundador del Grupo Abacus y ex director general de Industria en el Gobierno de UPN en Navarra entre 1996 y 1999. Kiko Senosiáin, presidente del grupo Cetya, es otro de los socios de esta iniciativa.