El pasado 14 de junio entró en vigor la denominada ‘excepción ibérica’, el mecanismo que la Unión Europeo validó y que concedía permiso a España y a Portugal para que ambos países establecieran con carácter urgente y temporal un proceso de ajuste para la reducción del precio de la electricidad en el mercado mayorista mediante la limitación del precio del gas. Sin embargo, el imparable ascenso del precio de esta fuente de energía está haciendo que, a la hora de la factura mensual, esta medida esté teniendo un recorrido más que discutible para muchos consumidores. 

En concreto, la ‘excepción ibérica’ fija una senda para el gas natural para generación de electricidad de un precio de 40 euros en los seis meses iniciales, y posteriormente, un incremento mensual de cinco euros durante otros seis meses, hasta completar el año de duración que se prevé para este medida. Pero las circunstancias no se están aliando para facilitar las cosas a los consumidores. Un ejemplo: la electricidad subió este miércoles cerca de un 20% hasta los 436,25 euros el megavatio hora, su cuarto precio más alto desde que hay registros y el más elevado desde que comenzó a funcionar la ‘excepción ibérica’. Es, además,una cifra que supone hasta cuatro veces más que hace un año. 

A esto se suma que cada vez más clientes están constatando en sus recibos una importante subida. ¿Qué está ocurriendo? Tras la introducción del mecanismo conjunto para el tope del gas en España y Portugal, las compañías comercializadoras han incluido en algunas facturas un ajuste compensatorio. Lo explica así la Organización de Consumidores y Usuarios. “Las plantas que generan electricidad con gas reciben una compensación por la diferencia entre el coste real y el coste topado que utilizan para hacer sus ofertas. Cada hora que se genera electricidad con gas, si su coste real es superior a los 40 euros el megavatio, se remunera a las productoras por esa diferencia. Cuanto más caro sea el gas y más cantidad se emplee para producir, más elevada será la compensación”, indica la OCU. De esa contraprestación se hacen cargo las compañías en un primer momento, pero la repercuten después en los clientes. En algunos puede llegar a elevar la factura final un 40%. Eso sí, sin la ‘excepción ibérica’, los precios finales serían mucho más altos.

La situación afecta tanto a clientes de tarifa regulada como libre, pero más especialmente en este último caso. Este ajuste al alza en la factura no tiene efectos para los que firmasen su contrato de electricidad en el mercado libre antes del pasado 26 de abril, que es cuando se anunció que se iba a establecer un tope al gas, aunque entonces no se sabía la fórmula concreta. Es decir, que los contratos o renovaciones de suministro de energía eléctrica en el mercado libre que se suscriban a partir de esa fecha son los que van a tener que soportar un mayor encarecimiento, por lo que las asociaciones de consumidores piden estudiar con detenimiento las ofertas.

ELEMENTOS EN CONTRA

Tampoco están jugando a favor de los particulares otros elementos coyunturales que están presentes. Rusia, a través de su compañía gasista estatal Gazprom, está provocando un incremento en el precio del gas cada vez que insinúa que va a cortar el suministro. La falta de viento ha frenado la actividad de las fuentes éolicas de energía, mientras que la ola de calor está conllevando una mayor demanda de electricidad y, por consiguiente, más gasto. Según los cálculos de la OCU la factura media de un particular español ha pasado de los 56,28 euros de 2020 a los 112 euros de promedio en lo que va de 2022. Y aún queda el tramo final de año, que se prevé más caro. 

HASTA TRES VECES MÁS CARA

La segunda más alta de la historia. El nuevo decreto ley de medidas de ahorrro energético del Gobierno vino con la luz y el gas en máximos históricos, algo que no sucedía hasta el pasado mes de marzo. La factura de agosto puede llegar a ser la segunda más cara en toda la historia del país a pesar de las nuevas medidas gubernamentales, un hecho totalmente insólito hace un año. Tras las estratosféricas cifras que suma la energía, el Gobierno considera que los españoles vamos a pasar un “invierno duro”. Así lo hizo saber la vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Rivero, la cual sostiene que no solo va ser un “invierno difícil para España, sino para Europa en general”.